La medium suiza de Berna con raíces españolas, Sue Dhaibi, conectó con los familiares muertos de quienes asistieron el martes al centro El Camí (Escoles Pies, 15). Organizaba el acto Spirit Org (www-spirit-org.com) cuyo objetivo es crear una escuela espiritual en Catalunya.
A los 5 años ya tuvo un importante sueño premonitorio, pero fue a los 16 cuando un tío suyo, sanador, le dijo que su abuelo contactaba con el más allá. Ahí empezó un trabajo espiritual que a los 21 se convirtió en misión vital «para ayudar a los demás» y profesión.
Esta tarde (20h) estará en Espacio Elsa de Barcelona (Marina 132) y el fin de semana dará un curso de dos días en Cornellà.
Aquí estamos 50 vivos y… ¿cuántos muertos?
¡Un montón! Calcula entre 6 y 10 por cada vivo. Pero contactos posibles para mi «sólo» unos 300.
¿Todos le hablan a la vez?
¡No! Ja-ja, sería una locura. Afortunadamente he aprendido a enfocar en uno o dos cada vez.
¿Cree en la reencarnación?
No tengo pruebas. Yo no soy muy religiosa y menos aún esotérica. Posiblemente haya más de una vida, pero en un mundo sin materia tampoco hay tiempo o sea que… demasiado complicado para nuestra mente.
¿Eso significa que más bien sí?
Lo único que puedo asegurar es que si un ser ya ha iniciado ese proceso de «reencarnación», entonces yo ya no puedo contactarlo.
Los mensajes que transmite usted a los familiares no parecen muy claros.
Algunos sí. Ya has visto que a ese señor que le hablaba de un fusil le dije que mirara en el cajón del tabaco de su padre. Ahí va a encontrar algo importante.
¿No estará conectando en realidad con el inconsciente del vivo?
Sin duda trabajo con la energía y el aura de la persona viva. Pero también con el alma del más allá.
Convénzame de eso.
Si yo no conectara con el difunto, no habría ese diálogo. Yo les pregunto, ellos me responden, me dan pistas, me conducen. Y además estoy siento su personalidad, su carácter, su dolor.
Cuénteme un mensaje trascendente.
Un ingeniero no sabía por qué no funcionaba la máquina que estaba diseñando. Yo, que no entiendo nada de ingenería, le dije que mirara en un punto determinado del proceso
productivo y, efectivamente, ahí estaba el error…
