Si de algo sirvió la sequía del 2007 y el polémico decreto para no desperdiciar agua es para que se crease una mayor conciencia al respecto.
En ese sentido Castellar puede presumir de haber reducido el consumo en espacios y edificios públicos hasta cifras récord, teniendo en cuenta que además se ha aumentado la superficie regable.
En los parques y jardines municipales se gastaron durante el año pasado 45.727 metros cúbicos de agua, el volumen más bajo desde que en 2003 se empezase a contabilizar el gasto.
Esa cantidad supone un 3,4 por ciento menos que la del 2009 y un 34% menos que en 2008.