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El futuro es de los jóvenes

Babbyboomer, Generación X, Y o Z. Caracterizados por ser la expansión de la libertad individual. Asociados con movimientos por los derechos civiles o causas como la feminista. Embriagados por el espíritu de autosuperación, cambio y la ansia de aprender y poseer los máximos conocimientos posibles para tratar de construir un futuro mejor.
¿Qué tenemos ahora? La primera generación donde los hijos vivirán peor que los padres. La generación Ni-Ni o mileurista. Jóvenes de entre 14 y 30 años que toman una posición indiferente ante la realidad y optan por no estudiar ya que afirman que no conseguirán trabajo relacionado con sus estudios o simplemente por falta de motivación. Jóvenes desocupados que buscan acomodo, que tratan de encontrar un lugar en la sociedad, que luchan para conseguirlo pero, sencillamente, no lo logran.
En pasadas generaciones, quienes no querían estudiar se ponían a trabajar; sin embargo, en las generaciones de la actualidad si los jóvenes no estudian, tampoco trabajan.
La crisis de la generación Ni-Ni se ha acentuado en los últimos años debido a que, a pesar de que crecen en un ambiente de tecnología y democracia, tienen una gran dificultad para desarrollar un proyecto de vida y de emanciparse. Esta generación se enfrenta, aun estando altamente cualificada, a condiciones laborales deterioradas como el infraempleo y la no valoración de la formación educativa. No le encuentran sentido a estudiar, si después de haberlo hecho les costará mucho trabajo conseguir un empleo relacionado con lo que estudiaron.
El comportamiento colectivo de los jóvenes tiene importantes efectos sobre la cultura de las sociedades y las transformaciones de los valores y costumbres. Es por ello por lo que son necesarias políticas de juventud e intervenciones, tanto de la Administración como de la sociedad civil para que se configuren las oportunidades y los recursos a partir de los cuales los jóvenes construyamos nuestro propio proyecto vital.
Hay mucho por hacer. Potenciar, mediante incentivos fiscales y bonificaciones aquellos emprendedores que cuenten con los jóvenes para sus proyectos o equipos de trabajo. Introducir cursos específicos en todas las etapas formativas para consolidar los beneficios de la cultura emprendedora. Apostar por una formación profesional dual que se adapte a las necesidades reales del mercado laboral. Premiar la excelencia, el mérito y el esfuerzo o ayudar a los jóvenes en la adquisición o alquiler de una vivienda habitual y fomentar que el stock disponible de viviendas vacías se destine al alquiler para menores de 30 años.
El pasado, pasado está. Empieza el cambio. No es momento de mirar las pésimas políticas para jóvenes que se han llevado a cabo en los últimos años sino que hay que analizar y ubicarse en el presente para construir el futuro. Porque los jóvenes somos el instrumento para cambiar la sociedad y transformarla en lo que queremos que sea.

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