Cada vez que hay elecciones generales, el voto de algunos ciudadanos es secuestrado por un sistema electoral obsoleto, que nunca tuvo sentido pero aún menos en una España de las Autonomías, donde las competencias están transferidas ya en gran medida. En contra de la extendida opinión existente, el sistema de circunscripciones provinciales no beneficia netamente a los nacionalistas. Si se echan cuentas, CiU, Amaiur, PNV, ERC, BNG e incluso Coalición Canaria han obtenido una representación más o menos acorde con su porcentaje de votos. Sin embargo, 14 escaños que deberían pertenecer a Izquierda Unida y otros 12 que deberían ser de UPyD, junto con 3 de Equo y alguno más, han ido a parar a manos del PP y del Psoe.
De hecho, sólo pensando que un partido con menos del 45% de los votos tiene una holgada mayoría absoluta, debería convenirse que algo falla en el sistema electoral vigente. La igualdad de oportunidades no es real y para esto sí hace falta una reforma urgente de la Ley Electoral.
