En estos tiempos de crisis aparece un deseo generalizado que en muchos casos es coyuntural y no es otro que ayudar a las personas mas desfavorecidas.
Si bien es de agradecer el hecho de que personas, ya sea de forma directa o bien ligadas a organizaciones, deberíamos pensar que disponemos de estructuras que día tras día, año tras año, desinteresadamente, sin buscar un eco mediático, colaboran eficazmente y en silencio a prestar ayuda a los mas necesitados. Uno de los nombres que brilla, desde hace mas de medio siglo, es Cáritas.
Conocedora de la existencia de esta organización, me interesé en conocer más de cerca a las personas que, sacrificando sus horas libres, las dedican a ayudar a los demás. Con motivo del día de puertas abiertas y acompañada del señor Miquel Arroyos, nos atendieron, la Presidenta, la señora Montserrat Grau y otros miembros de la Junta Directiva. Tuvimos la oportunidad de conocer en profundidad las instalaciones y el funcionamiento de esta organización.
Realmente se podía sentir el espíritu de servicio y ayuda que les caracteriza, donde la austeridad del continente, es suplida totalmente por la eficaz gestión del contenido, traducido en un lugar donde todo los espacios están adecuadamente optimizados y donde la limpieza y preparación de los enseres es su objetivo primordial, todo ello gracias a unas personas que desde sus diferentes niveles de servicio y de forma altruista, hacen mas fácil y agradable la vida a los más necesitados.
La única finalidad de esta carta es agradecer profundamente a todos y cada una de las personas que forman y hacen posible la gran labor de Cáritas. Gracias por estar ahí.
