En estas fechas se cumplen diez años de la inauguración del Centro Cívico Can Borgunyó-Concòrdia. Una década en que las ilusiones de muchos vecinos de disponr de un centro de desarrollo sociocultural, que por sus numerosas actividades que se están desarrollando con mucho éxito, ha demostrado que era necesario y.
Fue, la de este centro cívico, una larga gestación, que se inició a finales de los años sesenta y que, con muchos altibajos, tuvo como protagonistas a la comunidad parroquial en su inicio, la Agrupación de Vecinos por su insistencia, y el Ayuntamiento, por citar solo instituciones que cuajaron cuando en 2002 el alcalde Bustos lo pudo inaugurar.
En los primeros años fue preciso unir esfuerzos de las entidades que, agrupadas en la llamada Mesa de Entidades, realizaban su aportación y completaban el programa con sus propias actividades, pero la potencia de la Llar de la Gent Gran y el paulatino retiro de las demás ha hecho que prácticamente sea la dinámica de la Llar la que con sus numerosas secciones hace que el Centro Borgunyó-Concòrdia sea una referencia en todo el barrio.
El programa que se desarrolla es ciertamente variado: se imparten clases de catalán, se realizan excursiones por el país, y también salidas al extranjero que se organizan durante todo el año, con muchos asistentes, y su reflejo en la prensa local, clases de yoga, de gimnasia y de labores, así como sesiones de baile country, de salón o sardanas, además de las clases semanales de pintura que tienen sus fieles seguidores. Todo ello por hablar solo de esas actividades fijas establecidas a lo largo de todo el curso,
Las conferencias, fiestas y reuniones –y ante todo gracias a la vitalidad que aporta Gent Grand, como Maria Gruells y el incombustible Ángel López- convierten a este local en un continuo trasiego de vecinos que acuden a los cursillos, que llenan la sala de lectores de diarios o juegos de mesa.
En este décimo aniversario de su inauguración no solo son importantes los actos programados con motivo de esta efeméride, lo importante es poner de manifiesto que hay hombres y mujeres, los que están en la dirección del centro y todos los que participan de un modo u otro en sus actividades, que si se les proporciona la base, la infraestructura, física y humana, saben hacer barrio, hacer ciudad, crear formas de convivencia ciudadana.
