Con esta carta me dirijo a lo señores del Gobierno.
Es obvio que la crisis que estamos sufriendo no afecta a todos por igual. Mientras unos ciudadanos no consiguen salir del paro o son desahuciados por no poder hacer frente al pago de sus hipotecas, otros, a millares, viajan alegremente a Bucarest para ver un partido de fútbol. Los conciertos, los espectáculos deportivos, teatrales, cinematográficos, etc. acogen a millares de espectadores. Y, así, yo no puedo dejar de pensar que quien paga, por ejemplo, 60 euros por darse ese gusto, pagaría igualmente 70 u 80. Mientras tanto la hacienda pública paga intereses usurarios a los inversores en deuda, hipotecando el futuro de la nación.
Y yo me pregunto: ¿Por qué no gravar fuertemente todos esos espectáculos, el tabaco, bebidas de importación, amarres deportivos, estaciones de esquí, campos de golf, etc.? Creo que ello bastaría no solo para terminar con el déficit, sino que incluso generaría abundante superávit.
