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Sant Cristòfol cumple 90 años

Hay santos ancianos, como es el caso de Cristòfol, que para unos viene del siglo IV en tanto que otros lo remontan a los tiempos de Cristo. Y decimos santos, aunque la iglesia romana, en la revisión del Santoral del año 1968, lo eliminó del mismo, si bien admitía que se podía seguir, por tradición, dándole culto en los lugares donde se le tenía como patrón.
De acuerdo con diversas tradiciones del oriente cristiano, Cristòfol era un mocetón de 2 ó 3 metros que se hizo cristiano en los primeros siglos y ayudaba a niños y ancianos a pasar un río llevándolos sobre sus hombros. Después se dijo que podía ser también el Niño Jesús el que, subido a los hombros de este hombretón, lo pasó sin mojarse en el río.
En Sabadell la tradición se mantiene, así como en muchos lugares de nuestro mundo católico como protector de conductores de coches y de otros artilugios. Y, así, este año la asociación Amics de Sant Cristòfol celebra el 90 aniversario de su creación. Son muchos los creyentes, y a veces no tan creyentes, que se acogen a su protección, llevan alguna imagen del Santo en su coche e incluso acuden al desfile popular a recibir la bendición. Bienvenida sea esa celebración que nos ayuda a reflexionar sobre los peligros del tráfico y  que nos lleva a solicitar la protección de Dios, aunque sea a través de un mito, para que estemos atentos a la carretera.
Celebramos la importancia de esta Asociación que, de padres a hijos y amigos, ha sabido mantenerse y realizar ahora su festival y su aniversario con diversos actos durante estas semanas.
Se inició esta conmemoración del año 2012 con un concierto por la Capella de Música de Burés, en la Iglesia de la Santísima Trinidad, donde precisamente se realizó el primer acto de la entidad hade 90 años cuando esta iglesia era conocida como la Tenencia. Los actos culturales, sociales, religiosos, terminarán con la bendición de los motoristas y conductores el domingo 8 de julio en la plaza de Sant Salvador.
Hay que felicitar a los Amics de Sant Cristòfol, que se unirán también en una cena de convivencia para socios y amigos, y que año tras año mantienen viva una tradición bien arraigada en Sabadell, que por cierto tiene una calle dedicada al Santo y un pasaje, este no tan conocido, cerrado al público en la calle de Sant Joan, a continuación del patio de la Casa Duran y, a través de la reja que lo cierra, se contempla incluso una parte de las murallas de Sabadell que nuestro buen amigo arqueólogo, Albert Roig, tiene bien documentadas.
Seguiremos la tradición, buscaremos la estampita del Santo y la pondremos en lugar preferente del coche, solicitando que, para garantizar nuestra seguridad, llegue él adonde nosotros no podamos.

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