Arxiu

Esperanza

En un mundo en que la depresión anímica se convierte poco menos que en una inquietante plaga, resulta gratificante que algunos dediquen sus esfuerzos a vender esperanza. Dicen los expertos en ciencias del comportamiento, que ser optimistas en plena crisis puede ser una apuesta personal de progreso, e incluso de supervivencia,  cuando la atmósfera general es de desánimo. Trabajar la esperanza es un buen ejercicio anticrisis.
No son pocos los que están fatigados de tantos avisos apocalípticos, de esa incesante siembra de terror ante un declive que parece insuperable. Si hace unos años muchos eran incapaces de imaginarse un mundo en el que el crecimiento no fuera irreversible, hoy son legión los que ven el horizonte negrísimo y no perciben una salida del túnel. El bombardeo sistemático de males noticias tiene efectos letales sobre la sociedad.

Por ello no es de extrañar que algunos se apunten a la venta de felicidad, normalmente en formato de autoayuda. Se quiere hacer pedagogía de cómo aprender a ser feliz en diez lecciones. Los propagandistas de esta fe defienden que la felicidad es genética, pero que también puede aprenderse. Los profetas del optimismo entienden que la capacidad de conquistar la felicidad está en nosotros mismos, que los optimistas rinden más, viven más, y más satisfechos.
La vida, al fin y al cabo, sólo vale por breves momentos de felicidad que no podemos retener. Así que hay que aprender y disfrutar los instantes de intensidad emocional. Eso ya lo publicitó la bebida que proclama ser la chispa de la vida. Cree tanto en ello que celebró un congreso sobre la felicidad.

Comentaris
To Top