En el peor momento para plantarse
Mireia Belmonte se equivocó el jueves por la noche. No es cuestión de ponerse ni de parte del Club ni de la nadadora. Ambas partes tienen sus razones para defender sus posturas en la renovación de la deportista española más laureada en los Juegos de Londres. El jueves fue un día de celebración para Sabadell y en concreto para el Club Natació Sabadell, la entidad del mundo con más presencia en Londres. El Ayuntamiento estuvo en su lugar organizando una recepción para olímpicos y paralímpicos. Todos juntos con los mayores éxitos de la historia de nuestra ciudad en unas Olimpiadas. El Club dio muestras de su orgullo en una cena en la pista de frontón de la entidad y una puesta en escena rigurosa con tres videos para ensalzar la figura de todos los olímpicos de la entidad y especialmente la gesta de la selección española de waterpolo con su plata olímpica y la doble medalla de Mireia Belmonte. Acompañada por sus padres fue la única olímpica que llegó tarde al Ayuntamiento. Una hora después y cuando el acto ya había acabado mostró su intención de hablar con el alcalde pero Manuel Bustos ya se hallaba camino de la cena del Club.
En la calle Montcada se vivió la tensión en una noche para recordar. Con lágrimas en los ojos y tras hablar con el alcalde, el presidente y el entrenador se marchó y no se quedó a cenar ni disfrutar de su homenaje. Sus compañeros de natación y waterpolo tuvieron que aguantar el trago. Fue el peor momento para todos los presentes.
