Sufrimos cada vez con mayor intensidad lo que el nobel de economía Paul Krugman califica como un ‘dolor sin sentido’. No se percibe en los gobernantes intención alguna de acabar con la crueldad de una simplona estrategia de recortes que se ha revelado inútil. Más que inútil, contraproducente, absolutamente letal para las empresas y las familias. España sufre con creciente intensidad el ‘dolor sin sentido’ causado por una clase política inepta y cobarde, incapaz de pensar y desarrollar un cambio de modelo eficaz. Lo hemos visto en Grecia y en Portugal y cada vez son más quienes lo perciben con claridad. ‘Nuevos recortes en los empleos restantes y en el poder adquisitivo no traerán la recuperación. Sólo podrían traer más miseria y confusión’, advertía sobre España un editorial del New York Times. Pero Rajoy Y Mas no lo ven, o no quieren o no saben. Se aferran a la tijera. Lo cortan todo, menos esta dolorosa sangría.
