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25-N: el día D

¿Qué necesidad tenía el pueblo de Catalunya de unas nuevas elecciones en este momento? ¿Alguien puede explicar la verdadera razón? Abstenerse partidistas. Me refiero al pueblo de Catalunya. ¿Cómo se justifica un gasto de tantos recursos (económicos, personales y de tiempo) cuando se niegan y recortan en necesidades tan básicas como sanidad, educación, prestaciones sociales, formación laboral, ayuda a emprendedores, etc.?
Ante este panorama, cuesta encontrar motivaciones para acudir a las urnas. La actuación de nuestros gobernantes nacionales y europeos (excepción hecha de los entes locales) es bastante decepcionante y lamentable.
Si a esto unimos los casos de corrupción, despilfarro,  especulación, sinrazón de medidas aplicadas, promesas incumplidas, incapacidad para el pacto y el consenso, manenimiento de privilegios, elevadas retribuciones que reciben tanto ellos como los altos dirigentes de las empresas en comparación con los salarios medios de la clase trajadora, beneficios de política fiscal y tantas otras múltiples razones que los alejan de la realidad de la mayoría: los sufridores y sufridoras, incapaces de encontrar remedio al mal que nos aqueja y nos hunde en la indefensión y el desespero, ciertamente no quedaría otra que un plante general, pidiendo la dimisión de todos ellos y una profunda reforma que posibilitase una renovación a fondo de nuestros gobernantes.
No obstante, el mal de fondo permanecería. Por más cambios de pudiéramos lograr, el verdadero poder, el de siempre, el capital, no cambiará de manos. Y, aunque cambiase,  las esperanzas de un proceder distinto son muy escasas o nulas.
Ante lo expuesto, ¿qué hacer?
El día D, realmente, el pueblo, con sus votos, sí puede decidir:
a) Votar en blanco.- Este opción supone estar de acuerdo con el manteniento del sistema. Un Estado democrático, sustentado en una Constitución basada en el consenso y aprobada por las Cortes. La objeción a esta fórmula radica en que, si no es elegida por una mayoría significativa de la población, superior al 30-40%, sus efectos son nulos, beneficiando al partido más votado.
b) Abstenerse.- Es como desentenderse de lo que ocurre, dejar que resuelvan los demás, renunciar a los derechos adquiridos. Es casi como ponerse a la altura de los políticos incompetentes. La mejor forma de favorecer el triunfo de las opciones opuestas a lo deseado.
c) Elegir una candidatura.- Si bien ninguno de los candidatos merece nuestro voto, puesto que lo van a interpretar como respaldo y apoyo a sus programas y actuaciones pasadas, deberíamos estar muy seguros de a quiénes no queremos votar ni elegir ni que gobiernen y que, por tanto, sí podemos evitarlo y decidir, mediante nuestro voto, con la esperanza y la petición de una mejor actuación futura. Creo que esta es la mejor opción: ejercer nuestro derecho a decidir, otorgando nuestro voto a la opción política que mejor nos representa y que podrá defender, con mayor garantía que otras, aquellos postulados, programas y planes de actuación, más acordes con nuestra idiosincrasia y expectativas, siempre que pueda alcanzar suficientes representantes.

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