Por nuestras calles pululan un gran número de africanos, pacíficos, amables, diligentes….Van hurgando en los contenedores en silencio… ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿A qué vienen?
A través de Cáritas he tenido respuestas. Hemos conseguido alojamientos para algunos y nos han informado. A partir de hoy casi me siento obligado a inclinar reverencialmente mi cabeza cuando me cruce con ellos. Son unos héroes
Nos han escrito sus vidas y hemos descubierto que, detrás de cada uno de ellos, hay un drama. Cuentan sus sueños de una vida mejor, cómo salieron de sus países gracias al esfuerzo económico de familia y amigos, cómo atravesaron los desiertos, cómo fueron víctimas de ladrones y estafadores desalmados,cómo fueron dejando un reguero de cuerpos jóvenes por el camino. Andaban y andaban y los que iban cayendo, allí quedaban. No podían ayudarles. Ellos seguían su marcha exhaustos, esperando el milagro de la supervivencia…
Y aquí los tenemos, en la calle, sin trabajo, sin papeles…sin esperanza…hurgando contenedores.
La compasión es la virtud de los nobles. ¿Qué podemos hacer? Que cada uno se mire al espejo y conteste.