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El astro arlequinado (II)

En respuesta al señor Montoliu, Director de Comunicación y Relaciones Externas del Centre d’Esports Sabadell (D.S. el 15-02-2013), permítame explicarle el significado de la primera carta (12-02-2013) de otra manera: después de un año y medio, la Nova Creu Alta sigue más vacía que llena. La respuesta que usted escribió expone con precisión todas las acciones positivas que ha puesto el club en marcha y que obviamente son de agradecer. Sin embargo, su carta es la perfecta definición de la procrastinación: ustedes actúan como el estudiante que suspendió el examen porque ocupó el tiempo de estudiar en limpiar el flexo que iluminaba sus apuntes.
Efectivamente, todos los socios sabemos que el club no cierra la puerta de la Nova Creu Alta a los niños menores de 12 años porque tienen la entrada gratuita. Sin embargo, se la cierra a los padres que no pueden pagar el insolente precio de una entrada. A lo que me refería, pues, señor Montoliu, es que cerrando las puertas a los padres de hoy consiguen hundir la ilusión de esos padres por hacer de sus hijos nuevos arlequinados. Y si el padre no puede ir con su hijo al Sabadell, de gustarle el fútbol a ese niño, la tendencia natural de la lógica es que, cuando llegue Navidad, los Reyes Magos le traigan una camiseta azul y roja con el 10 de un argentino de oro, en vez de una camiseta a cuadros blancos y azules con una cebolla en el corazón y en la espalda el 12 de uno de los mejores jugadores que en los últimos veinte años ha pasado por el club. Procrastinar es humano pero para llenar la Nova Creu Alta basta con que eche usted un vistazo al video del Sabadell-Huesca y goce como hicimos todos los socios viendo el Gol Sur más vivo que nunca. El club hizo un esfuerzo con el precio de las entradas y los aficionados hicieron el esfuerzo de pagar la entrada para animar al equipo. Efectivamente, señor Montoliu, ese día fue verdad que “Junts som més forts”.

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