El mago de Badia del Vallès Antonio Díaz («La asombrosa historia de Mr. Snow» y «El mago pop» en el canal Discovery Max) causa sensación en Barcelona con su nuevo espectáculo. Una combinación de efectos visuales, magia de cerca y grandes efectos, entre ellos una impactante teletransportación.
La escena recuerda a la pelícua El truco final (El prestigio), dirigida por Christopher Nolan y protagonizada por Hugh Jackman, Christian Bale, Michael Caine y Scarlett Johansson. El emblemático truco de la teletransportación de una persona, todo un clásico de la historia de la magia. El humor y proximidad del joven Antonio Díaz no presagia lo que está a punto de acontecer. En pocos segundos.
Reservado para el final, es uno de los números más sorprendentes de La gran ilusión, el espectáculo que ha estrenado estas navidades el mago de Badia del Vallès en el Teatre Borràs de Barcelona, en la céntrica plaza Urquinaona.
Tecnología muy visual
No es el único de gran formato. Al principio hay otro con sus tres ayudantes que, combinado con la moderna tecnología digital, también deja boquiaberto al público.
Sin poder dar muchos más detalles de lo visto por D.S. en la función del pasado 1 de enero, hay que destacar de entrada que uno de los alicientes de este nuevo paso hacia adelante de este joven ilusionista vallesano de creciente proyección internacional (es «El mago Pop» en Discovery Max, donde tiene que grabar muchos programas más) es la feliz combinación de la tecnología más visual, magia de cerca con manipulación y efectos de gran formato.
Todo ello con gran protagonismo de la música (Perfume Genius, Jake Bugg, Emiliana Torrini o Coldplay…), un humor desengrasante que no da pábulo a ninguna pretenciosidad y… una nueva historia, un concepto, que hilvana los juegos.
Aquí Antonio Díaz es el involuntario protagonista de un ‘reality’ televisivo al estilo El show de Truman, película donde Jim Carrey es televisado sin saberlo desde que nace, así que toda su vida es una farsa interpretada por actores.
Escapar de un ‘reality’
En símil muy sugerente, Díaz es alguien al que se hace creer que es un buen mago hasta que descubre la trampa y escapa de «Magic Life». Se explica en unas proyecciones en las que aparecen Josep Maria Pou (el director), la actriz Emma Vilarasau i el músico y actor Joan Dausà, que cuentan con convicción cómo ‘engañaron’ al mago.
Siguiendo la historia, La gran ilusión presentaría a Antonio Díaz, ya fuera del programa, decidido a demostrar que sí que es un buen mago. Y vaya si lo consigue.
Por razones de calendario y el trabajo dedicado a El mago pop, hay algún trucos ya vistos en el anterior La asombrosa historia de Mr. Snow. Pero el mago de Badia asegura que en breve «todos serán nuevos». Hay uno mejorado y con «nuevas técnicas» que se situa entre lo mejor: una chica del público que se mueve (y levita) con las órdenes dadas a… su sombra (ella tiene los ojos vendados).
Vemos a un Antonio Díaz sacando un pez de un billete, contando una historia en un casino con los números de las cartas, adivinando cartas con los dedos del pie o haciendo predicciones múltiples… com la originalidad que algunas de ellas se revelan desde un vídeo proyectado (!). ¿Directo o grabado? Es un «regreso al futuro». Siempre el misterio.
Dice Díaz que esta vez ha intentado «buscar más el asombro, que provoque más “uaus” del público».
El prestidigitador reivindica una magia de teatro como gran arte escénica, frente a la del entretenimento de comuniones, y se declara «un romántico» del género, que añora la época de oro de los grandes efectos en teatros. En el suyo hubo una sorpresa el pasado día 31, en la función de Fin de Año: jazz en vivo con Andrea Motis y el cuarteto de Joan Chamorro. «Fue mágico, todo un privilegio», agradece.
Por cierto, sobre El truco final dice que le encantó pero que… el suyo «no tiene nada que ver con la película».
La magia en televisión
Antonio Díaz debutó con éxito en Discovery Max con su nuevo programa «El mago pop», del que se dispone ahora a grabar unos cuantos más. Su reto, admite, es encontrar el lenguaje propio de la magia en televisión, con su potencial visual pero sin que parezca todo un montaje. Él cree que tiene su espacio en la pantalla. «Los que crean que es edición de vídeo o truco de cámara, siempre pueden venir al teatro para ver que están equivocados», suelta con una sonrisa.
