Paso de gigante. El Sabadell logró una goleada con sabor a permanencia ante el Girona en un derbi electrizante. Los arlequinados debieron tirar de orgullo y mucho sacrificio tras quedarse con diez por la justa expulsión de Carlos Hernández en el minuto 35 todavía con 0-0 en el marcador. Hasta entonces incluso sufrió el equipo de Olmo, incómodo en el campo y con problemas para tener el balón. No acabó de funcionar la ubicación de Jesús Olmo en la zona ancha junto a Martí Crespí y Longás. De hecho, Nauzet evitó el 0-1 con una sensacional doble intervención ante Ortuño en el minuto 33. Curiosamente, el Sabadell empezó a carburar mejor jugando en inferioridad numérica. Tras una oportunidad clarísima desperdiciada por Gato, al filo del descanso Collantes aprovechó un rechace del poste a tiro de Gato para batir a Palatsí y hacer estallar una Creu Alta entregada con su equipo. Quedaba toda la segunda mitad por delante. Y el Sabadell interpretó mucho mejor la situación. Se atrincheró atrás para buscar la contra. Aunque el 2-0 llegó en un córner cabeceado plácidamente por un Aníbal que se convirtió en un martirio para la zaga rojiblanca. Este segundo tanto hizo mucho daño al conjunto de Javi López, quien arriesgó con defensa de tres. Apenas inquietó a Nauzet mientras cada contragolpe arlequinado destilaba peligro. Gato fue entonces letal, fabricando la acción del penalti y expulsión de Chus Herrero. No falló Aníbal, chutando a romper. 3-0 y décimo tanto del hispano-mexicano en esta Liga, despedido con una ovación torera al ser suplido por Tamudo. La rúbrica la puso Gato con una soberbia jugada personal, rematando a la red tras superar a toda la zaga y el meta visitante. Incluso estuvo cerca la manita mientras la afición sabadellense, eufórica, celebraba la victoria haciendo la ola. Los 4.541 espectadores que fueron al Estadi disfrutaron de una gran victoria que acerca el objetivo de la permanencia y deja muy tocado al Girona en el fondo de la tabla. 
