Antonio Lozano trabajó en los telares hasta que en 1977 entró de peón en Unidad Hermética. En 2002, con 60 años, le dieron la invalidez. Es un gran aficionado al flamenco, y un buen guitarrista. Fue alcaldable por UCD en las primeras municipales tras el franquismo. De ahí que fuera concejal y le llamaran «el hombre de Suárez en Sabadell».