Sólo un punto negro: la vergonzosa torre de control cuyas obras de 3’3 millones de euros finalizaron en 2007 y que aún permanece inactiva como gran monumento al descontrol político y económico. Por lo demás, el Aeropuerto de Sabadell no sólo goza de buena salud, sino de una economía en progresión. El número de empresas que fijan aquí su residencia (hoy 36) no para de aumentar, cobra alquiler de 31 de sus 33 hangares, la aviación privada mejora sus números y las escuelas (algunas de las cuales murieron con estrépito no hace tanto) van regresando poco a poco incrementando así lentamente el número de vuelos.