Opinió

Ashya y la bioética

La vida evoluciona más deprisa que la ciencia y las leyes. Entonces, suele ocurrir que se desate algún conflicto, como acaba de ocurrir con el complicado caso del niño británico Ashya King. Sus padres, en total desacuerdo con la radioterapia que los médicos de Southampton pretendían aplicar a este pequeño con un tumor cerebral, decidieron llevárselo del centro hospitalario para buscar una solución alternativa. Así llegaron a España. Para dificultar todavía más el desenlace, Brett y Naghemeh King son testigos de Jehová, una confesión religiosa con unas particulares creencias que en algunas ocasiones colisionan con determinados tratamientos médicos, como las transfusiones de sangre, incluso con resultados dramáticos. Un juzgado de Portsmouth detenta la tutela legal del pequeño Ashya, retirada a los padres por la justicia británica. De ahí la emisión de una Orden Europea de Detención y Entrega por parte del Reino Unido, considerando que el matrimonio King habría ejercido un delito de crueldad sobre un menor de 16 años. En el caso de Ashya, los médicos proponían como única solución terapéutica la radiación del tumor cerebral del pequeño, mientras sus padres entendían que podrían existir otras alternativas en hospitales extranjeros. Al respecto, el Código Deontológico médico español establece que en actuaciones con grave riesgo para la salud de un menor de 16 años, el médico tiene la obligación de informar siempre a los padres y obtener su consentimiento. Pero, si los representantes legales toman una decisión que, a criterio del médico, sea contraria a los intereses del representado (en este caso el niño enfermo), el médico solicitará la intervención judicial. Una segunda cuestión se plantea con el derecho de rechazo al tratamiento, ejercido inicialmente por los padres tutores del menor, en base a sus creencias religiosas, cuestión ahora en manos de la justicia. ¿La solución? En nuestra opinión pasaría por respetar las creencias de la familia y permitir, si existe una razonable base científica y suficiente evidencia médica, otra opción terapéutica, que en este caso es ofertada por un centro especializado de Praga (República Checa)

“El Reino Unido consideraba que el matrimonio King habría ejercido un delito de crueldad sobre un menor de 16 años”

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