Opinió

Urge un plan de emergencia social

En la ciudad hay más de 20.000 desempleados, más de la mitad de los parados registrados no perciben ninguna prestación, los que no están registrado menos. El 90% de los contratos realizados son temporales. De ellos más del 50% son de menos de un mes, semanas, horas y el 40 % son a tiempo parcial. Respecto al sueldo solo una minoría supera los 800 euros, instalándose en la sociedad un nuevo sujeto, el trabajador pobre. Incluso trabajando los dos miembros de la pareja, con los salarios actuales, pagando un alquiler o una hipoteca vivirán en la pobreza. Uno de cada 5 desempleados tiene a todas las personas de la unidad familiar desempleadas, las ayudas públicas, los subsidios, la economía sumergida y las pensiones son el medio para la subsistencia de unas cuantas decenas de miles de personas de nuestra ciudad.

En Sabadell se ha desahuciado a unas 450 familias cada año, lo que supone que unas 3,000 familias han sido desahuciadas entre 2.009 y 2.014; solo una minoría pudo negociar la dación en pago (a través de PAH principalmente), lo que supone que hay miles de personas endeudadas con los bancos, lo que les impide rehacer sus vidas. Desahucios que continúan: según datos del 2014 de los Servicios Sociales, 883 familias están en riesgo de perder su vivienda, en el 2015.

En los últimos 4 años se ha reducido el presupuesto destinado a servicios sociales, en el 2.010 era 15,5 millones de euros, en el 2014: 13,6 millones de euros; este último dato representa el 8% del presupuesto del Ayuntamiento de Sabadell, que es 171 millones de euros. Los recursos destinados a emergencia social han pasado de 376 mil euros en 2.011 a 723 mil en 2014, que es el 0,4% del total del presupuesto. Se ha gastado más en poner césped artificial en los campos de fútbol que en recursos destinados a emergencia social.

Unas 2.600 familias se alimentan gracias al Rebost Solidari cada año. Y 4.500 personas han sido declaradas como dependientes, muchas de ellas grandes discapacitados, gran parte de ellos no cobra. Desde el comienzo de la crisis cerca de 3.000 personas han abandonado la ciudad, aunque siguen empadronados. Residen fuera de Cataluña y en el extranjero, la mayoría en busca de una vida mejor que Cataluña no les da.

La Renta Mínima de Inserción (RMI) la perciben actualmente unas 1.800 personas en Sabadell. Este dato es inferior al de 2.010 que lo percibían 1.931 personas, cuando ha crecido sustancialmente la pobreza y la exclusión social. Una de las primeras medidas que tomó CiU cuando llegó al gobierno fue endurecer las condiciones para el acceso a la RMI; de haberse mantenido los criterios que puso en marcha el tripartito (gobierno de izquierda anterior a CiU) para facilitar el acceso a la RMI, hoy unos cuantos miles más cobrarían el RMI, que en la unidad familiar superaría el ingreso de los 600 euros.

Faltan datos sobre pobreza infantil, extrema pobreza, la pobreza energética, desahuciados endeudados, gente que ha perdido su primera vivienda, gente que necesita una vivienda y que no puede acceder a ella, dependientes que no perciben ayuda, volumen del reagrupamiento familiar “la vuelta a casa” con los padres o abuelos, personas que viven con la pensión de los abuelos y abuelas, empobrecimiento de los hogares que dependen de pensiones mínimas, precarización laboral, abuso de las ETT (Empresas de Trabajo Temporal) salarios de miseria, incumplimiento de los convenios, etc.

Parte de estos datos, publicado en el D.S. por los servicios sociales, permiten analizar la situación social en Sabadell y valorar la gravedad de la situación y da una idea de cómo actuar ante ellos. Estamos asistiendo a un retroceso de décadas instalándonos en la sociedad de los tres tercios: los que viven muy bien, los que viven regular y los que están en la pobreza. Con extremos en los que, por un lado crece la extrema pobreza y por otro el 1% de la sociedad es más rica que nunca. Durante este período llamado de crisis ha habido un trasvase del 20% de la rentas más bajas a las más altas. Este es el resultados de las política económicas aplicadas por el PP, CiU y la Troika.

La primera medida del nuevo gobierno municipal debe ser elaborar un plan de choque por la emergencia social y de acceso a la vivienda con alquileres sociales, destinando a esto una parte del presupuesto, dándole prioridad absoluta. Es lo que espera la gente que ha votado cambio. También es necesario que la ciudadanía activa se organice y se movilice por ello, reivindicando un plan que realmente haga frente a la actual situación.

“La primera medida del nuevo gobierno municipal debe ser un plan de choque por la emergencia social y acceso a la vivienda con alquileres sociales”

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