Opinió

Reflexiones en vacaciones

Cuando uno comienza las vacaciones se da cuenta de cuánto alejados estamos de una vida en equilibrio, paz y sencillez. Nos enfrascamos en tantos temas, compromisos y responsabilidades que olvidamos nuestra principal responsabilidad: ser felices.
Dicen que el ser humano es ese animal extraño que persigue durante toda su vida la felicidad. Sin darse cuenta de que la felicidad no se persigue, que es una actitud ante la vida, y que depende en buena medida de las decisiones que tomamos.
Hace unos días cené con un  amigo, y después de mucho andar le dije “Tío, vas a peor”. Me refería a que trabaja más cada vez, disfruta menos, tiene menos tiempo para sí mismo y para las personas que quiere, y su estado físico ha cambiado (a peor). Gana más dinero, pero se le ve peor. En realidad, lo que quería decirle de alguna forma era algo así como: “Eh! Sal del atasco. Te estás metiendo en la boca del lobo!”. Y es que cuando llegan los cuarenta y pocos, eso de la salud cardiovascular y mental hay que cuidarlo mucho.

Solemos pensar que en el futuro todo será mejor, que todo cambiará. Es como si tuviéramos la esperanza de que alguien vendrá del cielo y con una varita mágica nos dará unos golpecitos en la frente para que se hagan realidad nuestros deseos.

Creo que el futuro no cambiará y si cambia será para peor, a no ser que tú hagas algo. Los budistas dicen que vivimos en un mundo decreciente, es decir que vamos a peor. Por lo tanto, para poder revertir esta tendencia necesitamos de esfuerzo, constancia, perseverancia y energía, eso también lo dicen.

Es algo así como que la inercia que llevas no es la más adecuada, así que tienes que vencerla para darle un giro de unos cuantos grados a tu vida. Los giros de 180º no se dan leyendo un libro, sino que se dan mojándose, arriesgándose, fallando, levantándose y jugándosela. Hay que batir mucho el cobre para lograr tener éxito. Es una actitud, una actitud ante la vida.

Así que tienes que saber que tu historia se va a repetir. Incesantemente. Mientras que tú piensas que no es así, que algo va a cambiar a mejor por sí mismo. No. Eso no pasará. Lo más probable es que en 15 años tu salud sea peor, tu vida más compleja y te sientas más infeliz. La vida es decreciente ¿recuerdas?.
“Tú no puedes volver atrás, porque la vida ya te empuja con un aullido interminable, interminable…” Dice la canción de Paco Ibáñez. Pues eso, no puedes volver atrás, así que camina hacia delante, vive, vuela, sueña, disfruta, ríe, abraza, besa, saborea, acaricia, toca.
Si algo me fascina es ver desde la distancia cómo todo ha cambiado en los últimos años. Podría mirarlo desde la parte más nostálgica, ver todo lo que hemos perdido y que ya no volverá. Sin embargo, prefiero mirar la parte positiva, ya que creo que hay escondidas miles de oportunidades.
La irrupción de la tecnología en nuestras vidas está al 20-30% de su capacidad, casi todo está por venir, y en unos años nos sorprenderemos de todo lo que llegará, sobretodo con el internet de las cosas o el M2M. Es decir, cuando las máquinas se hablen a sí mismas y tu nevera realice la compra automáticamente, tu casa se ponga a punto justo cuando te quedan 10 minutos para llegar a ella o tu coche se conecte con el taller para reportar sobre su mantenimiento.

Y todo este cambio que estamos viviendo nos hace poderosos, nos da opciones, que es lo que cuenta. ¿Quién iba a decirnos hace quince años que podríamos tener toda nuestra biblioteca en un aparato que pesa apenas 250gr?, ¿Qué podríamos ver cualquier lugar del mundo a través de Google Maps, Street View, Images?, ¿Qué podemos interactuar con cualquier persona en otro lugar del mundo en tiempo real por cero euros?

Pero también esa tecnología nos puede convertir en esclavos. A mÍ, por ejemplo, me hace contestar emails. Eso de que la Wifi es ya una de nuestras necesidades más primarias es asquerosamente cierto. Así que la clave reside en mantener el equilibrio, en sacar el máximo partido de la tecnología y de todos los cambios, pero mantener nuestros más valiosos tesoros:
-El contacto. Nada podrá sustituir el contacto real entre personas. La mirada a los ojos, la escucha atenta…
-La familia. Por mucha tecnología que tengas a tu alcance y amigos en Facebook, nada puede sustituir al abrazo de un hermano, el apoyo de una madre o de un padre, la compresión de tu pareja o la sonrisa y la inocencia de tus hijos.
-El equilibrio interior. Nada va a solucionar tus asuntos inconclusos. Ninguna APP te ayudará a mejorar la relación con tus seres queridos, acabará con tu ansiedad vital o mejorará tu salud. La búsqueda del equilibrio interior es más necesaria que nunca en un mundo que trata de desestabilizarte para que compres el siguiente invento, artilugio, producto o alimento que todavía no has probado, y que hipotéticamente cambiará tu vida.
“Creo que el futuro no cambiará y si cambia será para peor, a no ser que tú hagas algo”

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