Más rápido, más fuerte, más poderoso. Eso es lo que nos gusta. Más, más, más. Como si no hubiera fin, que no lo hay, siempre queremos más. Más memoria, más capacidad de almacenamiento, más autonomía, más velocidad de proceso. Más, más, más. ¿Por qué? Pues porque más mola. Piensen en lo que quieran y luego digan “yo más” si su pensamiento ha sido positivo o “tú más” si ha sido negativo. Repítanlo muchas veces y verán qué gustito les da por un momento. Más quiere decir superior, aventajado, mejor. Eso es lo que nos enseñan. Más, más, más. Pero, cuidado, el más es cruel e implacable y avanza rápido. Hace unos meses acudía una tienda de reparaciones de ordenadores. Un barbilampiño con más experiencia que yo me dijo: “Este ordenador ya es viejo”. ¡Si tiene seis meses! Pues por eso se lo digo, que ya tiene seis meses. Oiga, que me ha costado mil pavos.
Pues este ahora cuesta 600. Y además ahora ya son viejos con tres meses, dice el imberbe. Y van a bajar el precio de estos procesadores porque ya han salido otros nuevos. Pues no me consuela, le digo yo. Pues es lo que hay. ¿Y la garantía? Pues venció ayer y además no le cubre porque esto ha sido por su culpa. Pues maldito yo y maldita obsolescencia programada. ¿Y cuánto me va a costar repararlo? Pues se ha fundido la placa base por no tenerlo bien refrigerado así que van a ser 600. ¿Seiscientos? Pero si me ha dicho que eso es lo que cuesta nuevo. Ya, y además es más potente que el suyo. ¿Quiere uno? Pues no. Quiero el mío que para eso le tengo lleno de fotos y de cosas. Bueno, le puedo rescatar el disco duro por 150 euros. Váyase usted a freír espárragos.
Desconcertado y rabioso me fui a casa. Por mis narices los 150 euros del imberbe me los he ahorrado y los 600 del equipo nuevo también. Mirando en esa biblioteca de Alejandría que es Youtube he encontrado un tutorial que me ha enseñado a quitar la placa, enviarla a un técnico y tenerla de vuelta reparada por 50 euros. El éxito de la operación me hace sentir orgulloso. Saber que cualquier otro que no sea tan terco como yo habría sucumbido ante unos nuevos 600 euros me reconforta. Pero sigo incómodo. No me molesta que el imberbe se gane su sueldo, ni que su jefe también gane dinero. Tampoco creo que intentaran estafarme ya que todo lo que me dijeron es verdad. Lo que me molesta es que las cosas dejen de tener valor de la noche a la mañana simplemente porque sale algo que hace más. Mi ordenador hace todo lo que necesito que haga pero sólo seis meses después de comprarlo y el imberbe me ha hecho sentir que tengo una “patata” de equipo y que ya necesito uno nuevo.
Es lo que hay. Todo tiene que ser más y aquello que sea menos está condenado a desaparecer. Todo el rato y con todo. Cuando tienes algo y te compras otra cosa que hace algo más, acabas de tirar el primero a la basura. Es que tenía una cámara que grababa a 2k y como han salido las de 4k pues ya no la uso. Es que ahora me he comprado lo último de lo último. Pues lo siento por ti, amigo.
Te van a pasar los seis meses y te vas a quedar con una “patata” como yo perdí a mi abuela y a mi placa base.
Si aplicamos esta alegoría al planteamiento del Movimiento de Filosofía Binaria tendremos que aceptar como premisa que el más triunfará siempre. Por lo tanto, para no quedar obsoletos, personalmente también tendremos que tender al más. Más informados, más saludables, más listos, más altos, más memoria, más organizados… como mi ordenador. ¿Es mucha presión? Pues ya saben, si no es que sí es que no, así que nos queda la opción contraria: instalarse en el menos. Paradójicamente la persona más feliz que he conocido está instalada en el menos. Es un hombre de campo a quien tengo por sabio. No sabe de ordenadores, ni le importan. Él habla de cosas importantes. De lo que dura más de seis meses. Para demostrarme su teoría utiliza, entre carcajadas, todo tipo de refranes. Me dice que no es más limpio quien más limpia, ni más grande quien más ocupa, ni más rico el que más tiene… Y se le ve muy, pero que muy feliz.
“Lo que me molesta es que las cosas dejen de tener valor de la noche a la mañana simplemente porque sale algo que hace más”
