Los partidos de centro-izquierda e izquierda apuestan por una sanidad de provisión, gestión y titularidad pública. Habrá que valorar si sus decisiones son, en lo esencial, continuistas con las de sus antecesores o se acercan a quienes defendemos que la salud no es un negocio sino un derecho fundamental y si piensa hacer frente a las presiones del sector privado y sus políticos adláteres que han llevado a la sanidad pública a situaciones límites. En este último supuesto le conviene tener en cuenta determinadas premisas.
1) Los recortes y estrategias contra la sanidad pública siguen la línea de los ataques que están cometiendo contra el Estado de Bienestar desde Bruselas (la troika: CE-BMI-BE, con líderes marcados por la corrupción) y que los partidos tradicionales de Madrid y Catalunya siguen sus directrices sin cuestionarlas y eso, como usted sabe, tiene nombre: el neoliberalismo que campa a sus anchas en su empeño por acabar con el Estado de Bienestar. Aquí, el dinero recaudado con el desfalco lo utilizan para el rescatar bancos y pagar la deuda privada convertida en pública por obra y gracia de la casta política. Seguir aplicando las recetas neoliberales es contradictorio con la defensa de una sanidad pública y con recursos
2) En Catalunya la simbiosis socioconvergente ha marcado durante años el modelo sociosanitario catalán favoreciendo las privatizaciones y externalizaciones con concesiones y contrataciones sospechosas. Poner fin a ese entramado es imprescindible para ser consecuente con una estrategia dirigida a recuperar lo que nos han robado en sanidad.
3) El Vallés Occidental Est sufre un importante agravio comparativo en recursos e infraestructuras destinados a la sanidad. Algunos datos sobre ese agravio: ratio de camas 1,7 por cada 1.000 (media en Catalunya 3,7); dinero recibido por habitante/año sensiblemente inferior a Terrassa; urgencias tercermundistas; recortes de derechos sociales/económicos del personal que además siguen sin cobrar parte de la paga extra de Navidad del ¡2014!; una atención primaria degradada por falta de recursos; el incumplimiento inadmisible de la construcción del Hospital Ernest Llull; etc. Un cuadro que no es más desolador porque los/as trabajadores/as suplen con profesionalidad y dedicación la falta de recursos.
4) Las auditorías de la Sindicatura de Comptes de la Generalitat cuestionan la gestión el Taulí en estos años, desvelando datos inaceptables en una dirección que gestiona dineros públicos (inaplicación del Plan General Contable; contratos sin autorización previa del Govern; desviaciones del gasto contratado; etc.), sin que hasta la fecha conozcamos si existe depuración de responsabilidades.
Con semejantes antecedentes plagados de promesas incumplidas por parte de la Generalitat y Equipos de Gobierno municipal y de gestiones irregulares, no es empezar con buen pie alardear de ser el “amo” del Taulí, y dedicarse a regalar titulares sin valorar las consecuencias y dotar de los recursos necesarios para evitar daños colaterales (Clínica del Vallès) o la ¿compra? del HGC (¡un hospital privado “rescatado” con dineros públicos de la Generalitat dos veces!).
Lo que se reclama es que explique su estrategia para frenar el desfalco y recortes en sanidad, para defender a sanidad pública. Lo que la situación requiere son propuestas consensuadas basadas en la participación abierta mediante mesas de trabajo comarcal y locales en las que abordar las cuestiones que afectan a la sanidad. Un marco donde junto con los sujetos sociales (Comité de Empresa del Taulí, PATT, Plataforma per la Sanitat Pública de Cerdanyola-Ripollet, Movimiento Vecinal, sindicatos,……) se elaboren planes de salud ciudadanos que son quienes padecen y conocen los problemas y las necesidades. De no cambiar el chip, Sr. Comín, volverá a llover sobre mojado y se alejará de las reivindicaciones que vienen reclamándose desde hace décadas: una sanidad pública, de gestión pública, universal, de calidad y con recursos.
*President de la FAVSabadell
“Seguir aplicando las recetas neoliberales es contradictorio con la defensa de una sanidad pública y con recursos”
