Pésima. Así podría calificarse la imagen arlequinada en Mendizorroza. El Sabadell fue un desastre absoluto, en especial en un primer tiempo esperpéntico. También influyó en ello la extraña alineación de Olmo, quien varió por completo su habitual planteamiento. Puso en liza tres centrales buscando los carriles con Cristian y Riau. Prescindió de jugadores de banda y arriba situó a Juanto-Tamudo. La idea era contener y esperar, pero todo se fue al traste con el tempranero gol de Despotovic a los 7 minutos. No hubo ni un atisbo de reacción. El Sabadell era un embudo en la zona ancha, sin capacidad de maniobra. El Alavés dominó a placer sin crear tampoco mucho peligro. Antes del descanso, sin embargo, Sergio Tejera batió a Nauzet en el segundo tiro a puerta. El conjunto arlequinado ni lo intentó. Collantes salió justo después del 2-0 y en la reanudación entró Aridai. El Sabadell ganó en mordiente y profundidad, pero la reacción llegó tarde. El palo frustró el 2-1 de Martí Crespí y unas manos de éste significaron el penalti del 3-0, obra de Despotovic. Ya a remolque, sólo la relajación local permitió el tanto del honor de Tamudo ante su exequipo. Anécdota. Una derrota sin paliativos que deja al Sabadell en zona de descenso una jornada más. Incluso podría acabar colista si gana el Mallorca. Preocupante.
