Fiasco. El Sabadell volvió a las andadas en El Toralín encajando otro duro correctivo (3-0) que le deja ya a 6 puntos de la salvación. La buena imagen de la semana anterior ante el Zaragoza que abrió la puerta de la esperanza se transformó en la ya tradicional versión negativa de los desplazamientos, con los condimentos habituales: gol tempranero en un error defensivo garrafal (esta vez de Clerc), incapacidad para reaccionar, nulidad ofensiva y puntilla en la recta final con expulsión incluida (Martí Crespí). Un verdadero desastre. El ‘efecto Mandiá’ no sirvió, pues, para romper la lamentable dinámica como visitante y la Ponferradina, que venía de tres partidos sin ganar en casa, se impuso con autoridad y solvencia. Salvo en los primeros 5 minutos en que se produjo el único tiro entre palos del Sabadell por mediación de Gato, dominó a placer en todas las facetas del juego. Pablo Infante, que avisó con un tiro al larguero, logró el 1-0 aprovechando un pase de Acorán tras el fallo incomprensible de Clerc. El 1-0 del descanso incluso fue un buen resultado. En la reanudación, algo más de dominio y posesión arlequinada aunque sin mordiente. La ausencia de Collantes, que no superó la última prueba, se acusó en exceso. Ni un remate para probar a Kepa. El conjunto berciano, a la contra, encontró espacios y sentenció con tantos de Acorán y Sobrino. Incluso pudieron ser más ya con el Sabadell en inferioridad por la roja a Martí Crespí y totalmente entregado. Un nuevo capítulo de la penosa trayectoria lejos de la Creu Alta que deja al equipo arlequinado hundido en el farolillo rojo y cada vez más distanciado. El técnico, Juan Carlos Mandiá, reconoció que ‘no salió el partido que queríamos’ y apeló al trabajo para ‘levantarse rápido y pensar en el próximo encuentro ante el Alavés’. Será otra finalísima con el morbo de ver otra vez a Manu Lanzarote e la Creu Alta. El descenso a Segunda B acecha más que nunca.
