Hundidos. El Sabadell tocó fondo tras una sonrojante derrota, cuarta de la temporada en la Creu Alta, ante un Leganés que acudía con la etiqueta de peor visitante de la categoría. Ni el impulso anímico del punto logrado ante el líder UD Las Palmas sirvió para conectarse en un partido vital para huir de la zona peligrosa. Al contrario, el equipo de Àlex Garccía, que continúa sin conocer la victoria desde que llegó al banquillo, lo afrontó como desvalido, sin alma ni coraje. Fue un verdadero desastre. Sobretodo en una primera parte de vergüenza, de las peores que se recuerdan en el Estadi en los últimos años. El equipo madrileño no daba crédito a las facilidades que encontraba. Se adelantó a los 3 minutos con un gol de Borja Lázaro, quien remató casi sin querer. El 0-1 dejó a los locales en estado de schock, sin capacidad de reacción. Arreciaron los pitos y protestas de una afición harta con la pobrísima respuesta del equipo aunque también hubo gritos contra el director deportivo, José Antonio Gordillo, y el palco, eso sí sin Sakamoto. Antes de la media hora llegó el 0-2. Esta vez Mantovani cabeceó a placer una falta lateral. Un remate a las nubes de Juanto, solo en el área, sería el único atisbo ofensivo arlequinado en esta primera mitad lamentable que pudo acabar 0-3 o 0-4. Perdonó el Lega. En la reanudación aparecieron Yeray, como central por Carlos Hernández, y Aridai por Javi Hervás. Un golazo de Antonio Hidalgo con un gran tiro a la escuadra (por cierto lo celebró con rabia y media botifarra incluida) dio paso a la esperanza. Incluso dio la impresión que se podía remediar el desastre anterior. Pero fue un espejismo. Aunque dominó, el Sabadell cayó en la precipitación y nunca consiguió encajonar al rival. Es más, estuvo cerca el 1-3 en un contragolpe de Alvaro. Un cabezazo de Juanto flojo y una ocasión de Hidalgo que no supo concretar serían las últimas balas para, al menos, salvar un punto. El Sabadell queda a 4 puntos de la salvación y no es farolillo rojo gracias a la derrota del Albacete en Mendizorroza. El partido dejó otro episodio lamentable cuando dos socios, identificados como A.T.N. y A.J.R., fueron expulsados del Estadi por los Mossos d’Esquadra por realizar gestos de simbología nazi, según reza un comunicado del club. Se abrió expediente disciplinario y los Mossos dos actas siguiendo el protocolo en estos casos. Se desmintió, eso sí, que hubiera gritos xenófobos contra el jugador senegalés del Leganés, Diamanka, como apuntó algún medio. El propio jugador lo desmintió tras el encuentro. Ahora habrá que esperar la decisión del Comité de Competición y Antiviolencia. Los dos seguidores serán probablemente expulsados como socios y el club podría recibir una fuerte sanción económica. Incluso no se descarta el cierre de una parte del graderío. A perro flaco, todo son pulgas.
