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Un punto e imagen esperanzadora del Sabadell ante el Zaragoza (0-0)

Otra cosa. No ganó, pero el Sabadell que se vio ante el Zaragoza invita a la esperanza. Por fin dio sensación de solidez y de equipo competitivo, capaz de plantar cara a un rival que aspira al playoff y llegaba a la Creu Alta en plena dinámica positiva. Los arlequinados no sólo le maniataron sino que generaron más y mejores ocasiones, incluido un gol mal anulado a Aníbal por un fuera de juego inexistente a la hora de partido. El colegiado Munuera Montero se convirtió en otro obstáculo. El debut de Juan Carlos Mandiá en el banquillo se reflejó sobre el campo con una clara declaración de intenciones. Buscaba una consistencia defensiva que apenas ha existido durante toda la temporada. Para ello apostó por un doble pivote Yeray-Juanjo escalonado que permitió controlar el centro del campo. El Sabadell fue un bloque ordenado y peleón. El grado de intensidad subió muchos enteros con respecto a anteriores jornadas. Sólo faltó un poco más de mordiente o acierto en los metros finales. Marcos gozó de dos buenas oportunidades, sobretodo en el minuto 36 cuando envió alto un remate a placer tras pase de Collantes. El Zaragoza sólo llegó una vez por medio de Borja Bastón y chutó fuera ante Nauzet. El conjunto arlequinado se mostró hermético y no concedió espacios, todo lo contrario de lo que sucedió, por ejemplo, en el infausto primer tiempo ante el Barcelona B. En la reanudación incluso se estiró más en busca del gol. Aníbal, con una lucha encomiable, ganó innumerables balones aéreos y el colegiado obvió varias faltas cerca del área. El hispanomexicano cabeceó a la red un centro de Cristian tras acción de estrategia, pero el banderín del asistente invalidó la acción por un fuera de juego que las imágenes demostraron que no existía. El central Mario, saliendo tarde desde atrás, habilitaba al delantero. Una decisión errónea que volvió a perjudicar al Sabadell. No sería el único fuera de juego dudoso que frustró posibles oportunidades. El enfado fue mayúsculo en una grada que se volcó con los arlequinados valorando su entrega y total implicación. Esta vez no se puede reprochar ni un ápice al conjunto arlequinado. Se dejó el alma y habría sido una injusticia el 0-1 que acarició el Zaragoza en el último segundo cuando un cabezazo de Cabrera a la salida de un córneranibal golmandia lo despejó Nauzet en una prodigiosa intervención que salvó el punto. Un botín que parece insuficiente en la situación del Sabadell, pero que permite recortar con la mayoría de rivales directos.  Ahora la permanencia queda a 4 puntos con 17 jornadas por delante. La próxima cita será en el Toralín ante la Ponferradina.

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