La Plaça Ernest Lluch acogió ayer un homenaje a las víctimas del sangriento atentado de ETA de 1990. El acto, también honró a los dos muertos a manos de los GRAPO. Ocho árboles y una placa recordarán a los asesinados por el terrorismo.
La Plaça Ernest Lluch acogió ayer un homenaje a las víctimas del sangriento atentado de ETA de 1990. El acto, también honró a los dos muertos a manos de los GRAPO. Ocho árboles y una placa recordarán a los asesinados por el terrorismo.