El desacuerdo en los horarios de apertura, el impago de los cánones pactados y las molestias por ruidos que en reiteradas ocasiones denunciaron los vecinos, acabaron con el cierre de Calissó Espai Plural, el bar de titularidad municipal. De hecho fue la administración municipal quién a principios del verano rescindió el contrato por el que se regulaba la concesión de la gestión del inmueble público.
Ahora, con la puertas cerradas, el Ayuntamiento se apresura a buscar un nuevo concesionario que se haga cargo del establecimiento.
