Tampoco en Semana Santa. Este Sabadell no tiene redención fuera de casa. En Alcorcón escribió un nuevo capítulo de sus fiascos como visitante. Ni el hecho de medirse al peor local de la categoría como el Alcorcón pudo cambiar el guión. Fue más de lo mismo. Más intensidad del conjunto alfarero, que se jugaba la opción de alejarse de la zona de descenso, y un Sabadell demasiado contemplativo. Y eso que arrancó dando un susto de muerte a la parroquia local con un potente lanzamiento de falta de Aníbal que obligó a emplearse a fondo a Dani Giménez. Mero espejismo. En su primer tiro a puerta marcó el Alcorcón. Zapatazo de Pacheco que tras sortear en carrera a varios jugadores sorprendió a Nauzet con su diabólico disparo. Era el minuto 17. El conjunto de Olmo, que esta vez apostó por Martí Crespí en el centro del campo dejando a Collantes en el banquillo, no reaccionó. Al contrario, quedó a merced de un rival envalentonado. Pacheco, una pesadilla, forzó un derribo de Cristian que el árbitro, erróneamente, vio dentro pitando penalti. Juli no desaprovechó el regalo. Antes del descanso, sin embargo, otra pena máxima, ésta de Cendrós sobre Aníbal, permitió al pichichi arlequinado recortar distancias y alcanzar los 14 tantos. Un gol 
para la esperanza. Y lo cierto es que se acarició el empate en los primeros 20 minutos de la segunda mitad. Ya con Collantes en el campo, el Sabadell ganó en posesión y llegada. Precisamente el gaditano forzó una salida de Dani Giménez y el rechace lo remató Aníbal a las manos del cancerbero. Justo cuando más nervioso estaba el Alcorcón volvió a aparecer Pacheco para sentenciar con un magistral lanzamiento de falta. El 3-1 sí hundió al Sabadell e incluso pudo encajar algún gol más. Lo evitaron el palo y Nauzet en unos minutos de enorme desconcierto. La entrada de Tamudo tampoco sirvió para arreglar un nuevo desaguisado fuera de casa. Decepción para el cerca de centenar de seguidores sabadellenses que viajaron y sólo pudieron llevarse algunas camisetas de los jugadores a casa. Se perdió una nueva ocasión de ilusionar en la recta final y tocará amarrar definitivamente la permanencia en la Creu Alta. El próximo choque ante el Hércules será vital.
