Opinió

Este es el tiempo esperado

Cuando llega el cambio de ciclo, salen a la luz todas las mentiras, todos los chanchullos, todas las maniobras que desde la élite se realizan bien para perpetuarse en el poder bien para enriquecerse lo más rápido posible, creyendo quizás que todo pasará desapercibido y estando convencidos de que los ciudadanos de a pie somos todos tontos. Error muy común entre los poderosos.

Es entonces cuando queda claro que conceptos como democracia, libertad, derechos humanos, constitucionales, etc. fueron simples mecanismos utilizados para hacer creer a los pueblos que estaban integrados en una sociedad coherente, bien estructurada y protegida por lo que ambiguamente se denomina Estado.

Pero la realidad es que todo es teoría, que los derechos de los ciudadanos no existen, que los que suben al poder utilizan argumentos convincentes para atraer el voto, que luego usan como aval, pero que olvidan y desprecian, porque quien se apropia de dinero público puede llegar a ser imputado, pero quien utiliza la Constitución a su antojo e interés no lo es, como tampoco lo es quien gana las elecciones con un programa electoral y luego no cumple sus artículos o promesas.

El tiempo no perdona. Una a una todas las mentiras, y con ellas todos los tramposos, van cayendo. Pero… ¿qué efecto tiene todo ello en los ciudadanos?

Para limpiar de basura el país hay que enfrentarse a los corruptos y a quienes les arropan en igualdad de condiciones, es decir, hay que estar donde se cocinan las leyes, donde se toman decisiones. Hay que quitarles el poder. Pero, ojo, no olvidemos que el poder lleva en sí mismo el germen de la corrupción, del uso interesado, de la tentación. Que no se olvide que el poder es un arma de doble filo. Son necesarias leyes, leyes nuevas y nuevos responsables encargados de que se cumplan.

Y la primera de todas sería que todo partido aspirante a gobernar el estuviera obligado a cumplir punto por punto su programa electoral, el mismo con el que atrajo los votos que le llevaron al máximo poder. De no hacerlo en el plazo de su legislatura, la Ley le impediría seguir presentándose a nuevas elecciones e, incluso, le exigiría convocar elecciones anticipadas si el partido gobernante no se ve capaz de cumplir su programa.

Otra propuesta de Ley sería respecto a la mayoría absoluta y su uso como rodillo que convierte a los demás partidos, y con ello a los demás ciudadanos que les votaron, en simples espectadores inútiles para el desarrollo de la política que rija los destinos del país. Como es difícil o imposible eliminar esa posibilidad de mayoría absoluta, aunque sería ideal, el partido que la ostente estaría obligado por Ley a aceptar e incorporar un número determinado de propuestas de cada partido, teniendo en cuenta los resultados de las elecciones y siempre con el voto afirmativo de todos los partidos.

Pero para que se dé un paso adelante en la regeneración democrática, es indispensable la utilización más a menudo del referéndum, porque eso transmite al ciudadano confianza en el sistema al ver que éste cuenta con él, al sentirse partícipe de los pasos que se den, de las medidas que se tomen.¿Y por qué este es el tiempo esperado? Porque se acabó un ciclo, porque la degeneración democrática ha tocado fondo, porque los ciudadanos están reclamando un cambio donde se cuente con ellos, porque la confianza en los políticos está en mínimos y están surgiendo cada vez más organizaciones que ‘pasan’ de los políticos y de sus mentiras. Nunca en la historia de la democracia había estado tan baja la valoración de los políticos, y eso es algo que se han ganado a pulso.

Además, los ciudadanos ya han comprendido que nadie está por la labor de solucionar sus problemas básicos y mucho menos los nuevos que traen los tiempos, porque en temas como preparación para el cambio climático, para las tormentas solares y para todo aquello que tenga que ver con los cambios que están amenazando nuestro entorno, los políticos no tienen tiempo, ni visión, ni conciencia, ni capacidad. En otros países ya nos llevan años de ventaja en preparación y prevención.

Y no olvidemos la reforma de la Constitución, porque no es de recibo que algo que se creó bajo las circunstancias de la transición siga siendo efectivo en estos tiempos.

No más jerarquías intocables. No más “dioses” de barro. No más gobernar por imposición. No más mentiras. No más ignorantes, prepotentes e incultos en los puestos de responsabilidad del país.

Existen muchos ciudadanos preparados en este país para llevarlo por el buen camino, responsables que demuestren también un profundo sentido de humanidad, de respeto a los derechos ciudadanos, a los avances sociales conseguidos, al principio de igualdad de todos ante la Ley y ante la Vida y sus circunstancias. Hay que tener conciencia y principios. Y es cierto que escasean esas cosas, pero también lo es que hay quien los conserva y lucha por ellos. Este es el tiempo y, cuando plantas en el tiempo adecuado, recoges buenas cosechas.

“Para limpiar de basura el país hay que estar donde se cocinan las leyes, donde se toman decisiones”

Comentaris
To Top