La tradicional comida navideña del Centre d’Esports llegó en un momento delicado a nivel deportivo. Eso se reflejó en el ambiente, pero el mensaje fue de esperanza y convencimiento de que se puede salir del atolladero. Plantilla, cuerpo técnico, Consejo, empleados y medios de comunicación compartieron mesa en el Hotel Urpí para desearse unas felices fiestas navideñas. Es evidente que el actual estado anímico no es ideal y se notó en el ambiente. Otros años se palpaba un clima de mayor alegría. Sin embargo, sólo vale mejorar. Y ése es el mensaje que se trató de transmitir. Empezando por el propio alcalde, Joan Carles Sánchez. «No tenía previsto venir, pero cambié de opinión tras la derrota ante el Leganés. Desde el palco escuché los gritos de una parte de la afición y mi reflexión es que cuando se exige más es porque se tiene un aprecio. Prefiero quitarle el enfoque negativo a esta situación y pensar que la afición está al lado del equipo y le pide un plus». En ausencia del presidente Keisuke Sakamoto, quien sí estuvo el pasado año, el vicepresidente Ignasi Lúquez, expresó el sentir del Consejo. Tras agradecer las palabras del alcalde, dijo que «la primera plantilla sóis el alma mater de la entidad. Estamos en un momento delicado y hasta se ha notado en el ambiente de la comida, pero recuerdo que hace un año atravesábamos parecidas circunstancias y salimos adelante con una gran remontada. Entonces ganamos en Tenerife y confío que el sábado lo podamos repetir. Por otro lado, una delegación del club visitó el Taulí obsequiando con regalos a los niños hospitalizados en el centro hospitalario estos días.
