Para seguir vivo. El Sabadell se reencontró con el triunfo 7 jornadas después y mantiene encendida la luz de la esperanza. Tres puntos vitales ante un Alavés que llegaba a la Creu Alta en plena dinámica positiva. El planteamiento de Mandiá, como ya sucedió contra el Zaragoza, maniató al conjunto vitoriano y permitió mantener opciones de victoria. Esta vez, además, el conjunto arlequinado consiguió adelantarse en el marcador, algo que no sucedía desde el partido ante el Albacete… hace casi una vuelta. Un perfecto cabezazo de Aníbal–otra demostración de coraje e implicación la suya–rebasada la media hora significó el 1-0. Antes Sotan topó con el travesaño en otro remate de cabeza mientras Lanzarote, en su retorno a la Creu Alta, chutó a los pies de Nauzet en la única aproximación peligrosa visitante. Hasta el descanso mandó el Sabadell con autoridad y Collantes disfrutó de una gran ocasión, pero chutó ligeramente desviado. En el segundo tiempo ganó metros el Alavés aunque Sotan perdonó en un cabezazo franco que se marchó fuera. Del posible 2-0 se pasó al 1-1 cuando Toti aprovechó el único despiste defensivo arlequinado. Jarro de agua helada en la Creu Alta que el equipo de Mandiá acusó durante unos minutos. Se rehizo con la irrupción de Marcos y Benja ya a la desesperada y encontró la recompensa en un golpe franco que ejecutó Collantes con potencia y se tragó el meta Manu Fernández. Una dosis de fortuna que por fin sonrió tras muchos partidos en contra. El 2-1 hizo explotar de alegría a la grada (acudieron los 3 mil y poco fieles) 
que se volcó hasta el final y acabó coreando con fuerza el ‘Sí se puede, sí se puede’ mientras los jugadores hacían pinya sobre el césped. Una victoria que podría permitir abandonar el farolillo rojo esta jornada aunque seguro que acorta diferencias tras la derrota del Barça B ante el Mallorca. La permanencia aún es posible. Mandiá, técnico arlequinado, elogió el esfuerzo de sus hombres. ‘Ha sido el premio a una semana de gran trabajo. Fue muy difícil, ante un buen rival, pero el equipo está en el buen camino. Y aún estamos lejos de cómo quiero jugar’. Prefirió no hablar del próximo e importantísimo duelo en Albacete. ‘Ahora dejarme disfrutar un poco’. Tenía toda la razón.
