Después de mucho tiempo sin aparecer, Sakamoto dio la cara en vísperas del último partido en la LFP ante Osasuna, el domingo a las 18h. Eso sí, volvió a insistir en su eterna inconcreción. Sólo dejó entrever su marcha si en las próximas semanas no encuentra inversores para el próximo proyecto. De entrada, Sakamoto hizo un pequeño discurso y una valoración global. «Es una situación muy triste personalmente porque mi idea en estos tres años, dos como presidente, era estabilizar la economía del club y aligerar la deuda. Ésta ha aumentado pero ha influido el cambio de normativa de Hacienda que obligó a cumplir con unos compromisos fiscales (sin que llegara ni un euro desde el país nión) y ello mermó la capacidad en la inversión de jugadores. Es uno de los motivos del descenso a Segunda B». «¿Si pienso continuar? Paseando por la ciudad me han parado unos socios y me han dado ánimos para seguir. Mientras haya posibilidades ésa es mi intención», comenzó. Después puso una especie de plazo. «Hay que lograr una viabilidad económica y es lo que voy a intentar con mis contactos en Japón. Si no lo consigo deberé dejar paso a otras personas que puedan dar esa viabilidad. ¿Un margen? La referencia podría ser el 30 de junio, quizá algo antes». Negó que hubiera firmado un documento según el cual debía abandonar en caso de descenso a 2ªB pese a que varias fuentes apuntan lo contrario y por primera vez reconoció que «si me marcho será imposible recuperar lo invertido. Por eso digo que si eso ocurre quiero que quien venga tenga viabilidad para el club». Aseguró que no hay problema de descenso por posibles denuncias en la AFE «porque lo cubriría el fondo de descenso de la LFP». Y de la deuda con los trabajadores comentó que «en dos o tres semanas tendremos un calendario de pagos». Todo delirante.
