Después de la verbena

Publicat el 28 de juny de 2010 a les 19:41
Actualitzat el 12 de juny de 2018 a les 17:16
Los ciudadanos que el jueves paseábamos por la ciudad sentimos vergüenza ajena ante el servicio de limpieza pública. A las tres de la tarde, por la Plaza Vallès y calles colindantes parecía que había pasado la guerra: cascos de botellas, cajas de petardos, bolsas de plástico, etc.. Y si te desplazabas a otro barrio, era igual o peor. No entiendo cómo no hay una brigada de limpieza viaria en día festivo. Y lo más llamativo es que aquella mañana los containers estaban por vaciar. ¿Qué imagen damos de una ciudad de primer orden, que tiene más habitantes que alguna capital de provincia? Realmente no entiendo ciertas políticas municipales del señor Bustos y del departamento de Via Pública. En Barcelonsa, a la seis de la mañana se limpiaban playas. Aquí llamas a la Policia Municipal y te dicen que lo pondrán por escrito. Estaqmos en tiempos de crisis, pero las obras se van repitiendo, como en la carretera de Barcelona, donde hay una plaza que un año la han abierto tres veces. A ver si otro año hacemos las cosas mejor.