Opinió

Un gobierno para la mayoría social

El acuerdo para formar gobierno era un paso necesario para el desarrollo de un programa claramente de izquierdas y transformador. Lo contrario significaría una inestabilidad en el gobierno local que imposibilitaría el desarrollo de los compromisos electorales, asumidos por las fuerzas que defendieron el cambio en las pasadas elecciones municipales.

Lo que sorprende es la crítica que se hace desde la oposición. Por un lado, el PSC de repartos de cargos, como si un pacto de gobierno no llevara siempre incluida esa condición. Quienes gobiernan una ciudad de más 206.000 mil habitantes, y con un presupuesto de más 175 millones de euros, deben tener dedicación. En la etapa Bustos, con menos dedicaciones, el costo presupuestario era un 38% más que el actual, sin contar la cantidades que percibían  los cargos de confianza y personas de libre designación.  Esto sí que fue costoso para las arcas públicas.

Para poder desarrollar un programa, todo gobierno debe tener estabilidad, para no  caer en la pura gestión de lo ya existente, sin imaginación ni ideas. Mientras, las personas padecían la crisis, el gobierno local del PSC se instalaba en la espera de la recuperación económica, sin entender que no estábamos ante una crisis cíclica clásica, sino una crisis provocada por el capital nacional e internacional con el fin de acabar con el estado de bienestar, como está ocurriendo.

Hemos de poder palpar el cambio profundo en la ciudad especialmente los  que están  sufriendo los recortes y la austeridad por las políticas económicas del PP y CiU.  Las clases populares deben ver esperanza y soluciones urgentes para los que más sufren las consecuencias de la crisis. También  debe producirse un cambio radical en la relaciones con las entidades de la ciudad, implantado un nuevo modelo de  participación que acabe con el tinglado instrumental montado en la etapa Bustos.  Un gobierno transparente que termine con el clientelismo como medio de influir en las entidades. Todo ello es a la vez instrumento para luchar contra la corrupción.

La oposición critica la cantidad de partidos existentes en el gobierno del que han  contabilizado siete. Han contado mal son más de siete. “No conseguirán la gobernabilidad porque no se pondrán de acuerdo”, afirman. La  pluralidad  no tiene por qué ser  un problema para gobernar, cuando existe un programa que comparten en su totalidad y prevalezca el cumplimiento de lo acordado, evitando personalismos. La pluralidad enriquece porque permite tener visiones diferentes ante problemas complejos. En los temas no pactados y en los que no existan acuerdos de forma natural, cada uno debe mantener sus posiciones y su voto. Es relacionarse desde una nueva cultura, una relación entre gentes que tenemos muchas cosas en común. ¿Que  pueden existir oportunismos? Es evidente, pero debe prevalecer  la estabilidad de un gobierno y un programa claramente de izquierda. Se puede transformar Sabadell y ser un ejemplo en Cataluña.

Es evidente que el actual momento político en Cataluña lo hace más complejo por el debate y decisiones del Parlament sobre la independencia. Pero quienes queremos defender a las clases populares en el ámbito local es posible el trabajo común, porque las fuerzas políticas que están en este gobierno representa  la mayoría social de las personas de Sabadell. El debate y las decisiones que se tomen en el proceso por la independencia no tienen por qué dificultar el desarrollo del trabajo y la toma de decisiones de este gobierno municipal. Cada uno tiene posiciones propias y esto debe verse con normalidad. Es evidente que la oposición intentara buscar las contradicciones, sobre todo CiU.

Estamos en otros tiempos y son otros los problemas. Todos queremos construir un nuevo país. Yo también quiero construir otra España, federal y republicana, que reconozca  el derecho a la autodeterminación. Todas y todos queremos construir una nueva Cataluña diferente, pues construyámosla también, desde los pueblos y ciudades. El programa es el instrumento para iniciar un proceso de transformación social, romper con la etapa anterior, poner los recursos públicos al servicios del interés general. Y esto no es  izquierdismo como dice CiU, es simplemente la esencia de la socialdemocracia, la que el PSC y el PSOE  hace tiempo que abandonó.

La clave está escuchar a la gente de la calle, y sobre todo a las organizaciones sociales representativas de esta ciudad. Creo que se va por el buen el buen camino y por ello  debemos felicitarnos  por este acuerdo de gobierno y ahora toca empezar a recorrer el camino, como decía Machado: “Caminante no hay camino, se hace camino al andar”.

“La  pluralidad  no tiene por qué ser  un problema para gobernar, cuando existe un programa compartido y prevalezca el cumplimiento de lo acordado”

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