El pasado 11 de julio se celebró, en la Iglesia de Sant Medir de Barcelona, el 40 aniversario del movimiento sociopolítico Comisiones Obreras (COOO). Fue aquel un actclandestino al que asistieron cerca 600 representantes de todo el Estado en representación de las CCOO y en el que fue elegido Marcelino Camacho como Secretario General.
Era el año 1976, con la dictadura tambaleándose, con niveles bajos de represión franquista, pero concentrados en perseguir sindicalistas, sobre todo de CCOO y de otros movimientos reivindicativos, especialmente en las convocatorias de huelgas y manifestaciones.
Todavía trabajaba CCOO en las empresas como movimiento sociopolítico. La asamblea obrera era el instrumento, defendía un congreso sindical constituyente, una gran central sindical, con corrientes internas, la unidad de la clase trabajadora en una sola organización sindical, haciendo más fuertes a las trabajadoras y trabajadores, que reforzaría las luchas obreras.
CCOO tuvo que abandonar la idea del congreso constituyente ante la negativa de los demás sindicatos. Las estructuras franquistas se tambaleaban, pero actuaban y lo hacían sirviendo fielmente a los grandes empresarios y banqueros. La razón principal del régimen franquista fue su carácter clasista y, por ello, perseguía a los sindicalistas de CCOO y otros colectivos, y por eso la clandestinidad de la primera asamblea estatal de CCOO. Mientras en abril de 1976 UGT realizó su congreso, autorizado por el gobierno Suárez, para impedir que CCOO fuera el sindicato hegemónico. A finales de febrero de ese año se produjo en Sabadell la histórica huelga que paralizó la ciudad por los heridos en cargas policiales en una manifestación en defensa de la enseñanza pública.
Se definía Comisiones Obreras como movimiento sociopolítico, porque los trabajadores y trabajadoras, además de defender sus derechos laborales, salarios, condiciones de trabajo etc., deben defender cualquier otro derecho sea laboral o social que influya en sus condiciones de vida, vivienda, educación, pensiones, sanidad etc. Un planteamiento tan válido entonces como en los tiempos actuales.
La represión franquista de aquel año la viví en primera persona, recién llegado del servicio militar. En noviembre de ese año, se llevó cabo una huelga de dos días por el convenio de la construcción de Barcelona. Yo trabajaba en una obra en la Avenida República Argentina desde donde se distribuyeron hojas informativas por los centros de trabajo, informando de la huelga. Fui detenido a punta de pistola por la brigada político social, pasando dos días en los calabozos de Vía Layetana de Barcelona por informar y repartir la propaganda de la huelga. La huelga fue un éxito, a pesar de las cargas policiales y de las detenciones.
Fue CCOO el activo principal de lucha por la democracia y los derechos de los trabajadores durante la dictadura y en la transición, que hizo posible las grandes conquistas sociales y laborales de ese periodo y que actualmente nos está robando el Gobierno del PP. Por ello es absolutamente necesario fortalecer los sindicatos para afrontar los retos del presente y del futuro. Las demandas de los centros de trabajo, de los desempleados y todos los que sufren las consecuencias de los recortes y la austeridad, necesitan unas CCOO más combativas y más organizadas, tanto en los centros de trabajo como en el territorio para desarrollar su carácter sociopolítico.
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CCOO el activo principal de lucha por la democracia y los derechos de los trabajadores durante la dict
