Opinió

Listas de espera y urgencias

La manifestación del pasado día 2 de febrero debe llevar a la reflexión al equipo de gobierno de la ciudad por el pacto llevado a cabo con el conseller de Salut Alfonso Comín, en relación a las urgencias del Taulí. Más de 1500 personas en dicha manifestación es una muestra del descontento del acuerdo suscrito, que deja para el 2019 la solución a los problemas de los colapsos en urgencias.

El gobierno de la ciudad debe renegociar el acuerdo firmado, escuchar a la ciudadanía que mostró desacuerdo y rechazo a seguir manteniendo situaciones tercermundistas en urgencias. En las sociedades se expresan de diferentes formas la existencia de las clases sociales, entre ellas el acceso a la sanidad: la gente adinerada o con recursos puede acceder a la sanidad privada. La clase trabajadora, usuaria  habitual de la sanidad pública y que sufre las consecuencias de los recortes y la austeridad, que impuso el gobierno de CiU.

La ciudadanía tiene distintas formas de expresar su opinión, una de ellas son las manifestaciones en la calle. El deber de este gobierno es modificar la decisión que tomó y retomar la negociación con la Generalitat, exigiendo un acuerdo que dé respuesta inmediata a los problemas que se padecen en el Tauli, y en concreto en urgencias.
El colapso de urgencias también tiene que ver con las listas de espera para pruebas, especialistas y operaciones quirúrgicas. El médico de cabecera tiene serios problemas para tratar enfermedades que han de tratar especialistas, la imposibilidad de acceso inmediato en casos urgentes, acaba como es obvio en urgencias. Las listas de espera para intervenciones quirúrgicas es consecuencia de los recortes, en teoría tenemos el derecho a ser intervenidos antes de seis meses, pero el tiempo de espera desde que el médico de cabecera te deriva al especialista no lo tienen en cuenta y muchos casos se alarga más de un año.
La lista de espera se convierte en un medio para potenciar el sector privado, por ejemplo, el crecimiento de los seguros de las mutuas desde que empezaron los recortes es continuo. Si las intervenciones se realizaran en semanas, la seguridad social reduciría las visitas al médico de cabecera, los ingresos en urgencia y el gasto en medicamentos para paliar el dolor de pacientes en lista de espera. El sector privado es el beneficiado directo de las listas de espera porque la gente que tiene recursos paga a un especialista o una operación antes de estar sufriendo dolores u otros problemas que afecta a nuestra calidad de vida.  Si no hubiera lista de espera de ningún tipo, las urgencias se reducirían y se reduciría el gasto.
Con el gobierno del Tripartito el Taulí dio un salto importante en mejora de la atención de enfermedades crónicas, con ello redujo la utilización de urgencias. Para ello se construyó un edificio para las enfermedades crónicas con existencia de hospital de día, con atención e ingresos de urgencia en la segunda planta donde vamos los enfermos crónicos, de cáncer, leucemia, diabetes, etc.

Por último, hay que terminar con la pasividad de no quejarse del servicio, de culpabilizar de las deficiencias a profesionales excelentes que dan todo por los pacientes. Ellos sufren los recortes en salarios y condiciones de trabajo y hacen todo lo posible para que los pacientes no lo sufran. La situación de deterioro de la sanidad pública es fruto de los recortes en sanidad que llegaron a 1.500 millones de euros, pasando de 9.500 millones del presupuesto con el tripartido a los 8.000 actuales, algo mejorado en el presupuesto del 2017, que no resuelve el déficit creado en la época de Artur Mas.
En el gobierno de Junts pel Sí ha vuelto a congelar una vez más los salarios del personal, una muestra de lo poco que el gobierno de la Generalitat valora a los profesionales, siendo lo más importantes que tiene la sanidad pública.

“Si no hubiera listas de espera de ningún tipo, las urgencias se reducirían y se reduciría el gasto”

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