Opinió

Resultados del 21-D

Los resultados de las elecciones han sido claros, el voto independentista ha obtenido el 47,49 % y el no independentistas el 50,93%, una diferencia del 3,5%. Esto es lo que han expresado los catalanes en las urnas. Los independentistas han vuelto a ganar las elecciones en diputados gracias al sistema electoral. En las provincias con menos habitantes el diputado cuesta menos votos. Con un sistema proporcional, los resultados serían otros. El acto democrático se expresa en la votación de la ciudadanía en las urnas, este es el mandato que debe respetar todo gobierno democrático. Con este resultado nadie está legitimado para continuar con el proceso de desconexión, sería una estafa a la democracia.

Lo razonable en la actual situación es poner en macha una salida, emplazar al gobierno del Estado, a un acuerdo justo para Catalunya, sometido a referéndum vinculante. Continuar el proceso por vía unilateral será un fracaso a corto y medio plazo, se debilitará el proceso y se reforzarán las fuerzas españolistas, anticatalanistas que representan Ciudadanos y PP. Es el momento de pasar a la ofensiva frente al Estado y crear las bases de una salida negociada a la situación.

Esta situación necesita una alternativa que agrupe a todos y todas los que deseamos una Cataluña soberana en una España de progreso y convivencia, en que se prioricen las personas y sus necesidades a las banderas, superando la actual división, inestabilidad económica, familiar, social…. el proceso tapa los problemas reales que existen, esperando una Catalunya independiente que no vendrá si no se cambia la Constitución y las leyes vigentes en el Estado.
A esta situación económica y social, se añaden los problemas de medidas represivas del Estado, una parte del gobierno de la Generalitat en la cárcel y otra en el exilio, medidas que mucha gente que no somos independentistas rechazamos por excesivas, generando un clima en Catalunya que va deteriorando cada día más la convivencia. Nadie debe ir a la cárcel por decisiones políticas, el Estado tiene mecanismos suficientes. Nadie debe ser encarcelado por su actuación política, una cosa es aprobar una resolución en el Parlament y otra es su aplicación, lo que no ocurrió. La libertad de los presos es necesaria para avanzar en el diálogo y posibles acuerdos.
Catalunya necesita un proyecto de convivencia, solidaridad y progreso social, reponer los derechos arrebatados con los recortes y la austeridad que aplicó el gobierno de Artur Mas y Puigdemont. Desde entonces se han instalado en la sociedad catalana importantes bolsas de pobreza, el fraude en la contratación se generaliza ante la pasividad de la administración catalana, las listas de espera aumentan, el sistema público sanitario y educativo se deterioran, miles niñas y niños tiene barracones como escuelas, mientras millones de euros se van a la escuela elitista y sexista del Opus Dei. Aprueba la renta básica después de boicotearla 5 años, no se dota de recursos, las elites empresariales aumentan sus fortunas a costa de la sobreexplotación de las y los trabajadores; de los 100 multimillonarios que hay en España, 37 son catalanes, los paraísos fiscales y el fraude fiscal se utilizan cada vez más, con la total pasividad del gobierno del Estado y de Catalunya y de Europa.
Es necesario poner en marcha una alternativa, un programa de mínimos, un gobierno transitorio, que priorice las políticas sociales y fuerce al estado a un acuerdo satisfactorio para Catalunya, incluida la libertad de los presos. La actual coyuntura es favorable para avanzar en esa dirección, para ello es necesario recuperar la asamblea por el derecho decidir, que aprobó la propuesta de referéndum pactado, que agrupaba 4.000 entidades de toda Catalunya, crear las condiciones para conquistar el derecho a decidir, hacia una república española que hará realidad la república catalana.

“Con este resultado nadie está legitimado para continuar con el proceso de desconexión, sería una estafa a la democracia”

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