Con el común denominador de su preocupación por el futuro de Unnim, los alcaldes de Saba-
dell, Terrassa y Manlleu mantuvieron un encuentro con el objetivo de reclamar la atención pública sobre la necesidad de que la entidad, ahora en manos del FROB, mantenga las inversiones que cada entidad integrante de Unnim dedicaba a la obra social, sello de identidad de las cajas en su versión anterior. La obra social tenía una clara impronta territorial y era un factor de dinamización y cohesión social.
La cumbre de alcaldes es la expresión de la inquietud por el futuro de la obra social, explicable dada la evolución de los acontecimientos. Es cierto que la obra social de las cajas ya se iba desplazando del mantenimiento de gastos estructurales para concentrarse en programas de acción más “fungibles” y manejables, más fáciles de reorientar en función de la coyuntura y de las prioridades de cada momento.
Pero lo de ahora va más allá y lo que se debate es la continuidad de la obra social. El expresidente de Caixa Catalunya, entidad que también está en el FROB, ha efectuado un examen crítico de la evolución y función de las cajas, avanzando que estima altamente probable la desaparición de la obra social de las cajas. El director de la Fundación La Caixa, por el contrario, achaca al pesimismo estas afirmaciones y estima que esos programas continuarán adelante.
El problema de fondo es que las cajas, tal como eran, están desapareciendo del mapa financiero, su peso disminuirá y la función social se concentrará en algunas fundaciones. Menos cajas y menos obra social, ese parece ser el destino.
