Iñaki Urdangarín, esposo del la infanta Cristina, seguirá expuesto en el Museo de Cera, pero no ya en el espacio ocupado por la Familia Real sino trasladado al ‘área de deportes’ y con vestimenta más informal. Años atrás, la egregia institución decidió algo similar con el exduque de Lugo cuando anunció su separación de la infanta Elena. Al materializarse el divorcio, fue sacado en carretilla a la luz del día para enviarlo a un almacén donde va a parar todo aquello que estorba o carece de interés. Fue muy cuestionada esta decisión ya que la única maldad de Marichalar para el gran público era exhibirse con pantalones a cuadros de última moda y pasearse ocasionalmente en patinete por la calle Serrano de Madrid.
Nadie se sabe de dónde procede, aunque se le adjudica a Tomac de Varelokivich, la existencia de una maldición consistente en que todo aquel que es cambiado de lugar en un Museo de Cera suele terminar en paradero desconocido y condenado a un futuro nada envidiable.Claro que, tratándose de una leyenda, cada cual es muy libre de creer lo que le apetezca pero sin olvidar aquello de que ‘no hay dos sin tres’. ¿Quién será el próximo-a?
Por el momento, el único que se está beneficiando con la movida es el Museo, octavo lugar más visitado en Madrid en el año 2010 (304.000 personas a 16 euros).
