Aquella máxima torticera que asegura que donde no hay publicidad, resplandece la verdad, se cumple lamentablemente en no pocas ocasiones. La propaganda sin escrúpulos, que no duda en retorcer la realidad para adaptarla a sus intereses, se ajusta a los dictados del manual de Goebels, el jerarca nazi que elevó a los altares aquel principio que insistía en machacar que una mentira repetida mil veces termina por convertirse en una verdad.
Viene ello a cuento de una desesperada y desvergonzada campaña patrocinada por el Psoe de Andalucía que, bajo el rotundo título de “Las verdades de Andalucía”, desgrana los chollos derivados de vivir en la comunidad andaluza. Sin ningún rubor, los propagandistas proclaman que Andalucía tiene las cuentas más saneadas que otras comunidades, algo que está por ver, que tiene una deuda muy por debajo de la media del país, que es la comunidad que otorga más subvenciones a las empresas y que cuenta con más comedores escolares que McDonalds hay en España.
Los propagandistas a sueldo olvidan que Andalucía encabeza el ranking de paro en España, y no mencionan el rosario de casos de corrupción institucional, que son claros ejemplos de malversación de fondos públicos. Por supuesto, no sólo callan que es una de las zonas más beneficiadas con las transferencias públicas, sino que atribuyen el presunto bienestar andaluz al ahorro y eficiencia de los sucesivos gobiernos socialistas.
No es una broma, es una propaganda que da razones a los que reclaman un pacto fiscal. No es lógico que los subvencionados presuman de estar mejor que los subvencionadores.
