Arxiu

Espionaje

Dicen que el espionaje a políticos encargados por otros políticos, a veces del propio partido, es un catálogo de viejas historias que ha salido a las primeras planas en el momento en el que algunos estrategas que comercian con basura han entendido que su publicación podía servir de cortina de humo para reducir la presión mediática sobre otros episodios nada ejemplares. El impacto público está asegurado y más si se tiene en cuenta que los primeros destapes combinan temas de alcoba, bragueta y cartera.
La vergüenza de las escuchas, pinchazos, seguimientos e informes de todo tipo, pagados con dinero público, afecta a todos los partidos, y posiblemente se encargaron como una forma de autodefensa, de control y chantaje mutuo. En realidad era una forma de guerra sucia que nos lleva al pasado, a la sociedad que describió brillantemente la película “La vida de otros”, la sociedad de los dossieres como arma letal, la de los informes como amenaza disuasoria.

Hay centenares de informes que están fuera de control y que están siendo objeto de mercadeo, de un trapicheo canalla que parece encontrar un camino abierto. Estos informes con toda seguridad invaden torticeramente la esfera privada y posiblemente están manipulados con finalidades fácilmente imaginables. Dar cancha a estos materiales sensibles es hacer el caldo gordo a los que gustan de agitar las cloacas.
Y por cierto, si a Bustos le han imputado por no denunciar un delito de menos trascendencia, habría que preguntarse por las responsabilidades de otros políticos, de los que ordenaron pinchazos y de los que escondieron delitos de mucho mayor calado.
l

Comentaris
To Top