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Crisis y monsergas

Bastante tenemos ya que soportar, pagar y dejar de ganar a cuenta de la crisis o depresión económica que nos está castigando severamente, para que además tengamos que soportar las variadas y cotidianas monsergas con las que, a cuento de aquella, y hoy sí y mañana también, los listillos y hasta los tontos más o menos de encargo quieren además aburrirnos soberanamente con sus peroratas.
El lema que podríamos adoptar ante tal incordio podría ser bien elocuente: ‘yo pago, pero ustedes callen’. Al menos eso, que ya se ha dicho siempre que el que paga descansa. Pues, no, ahora parece que la cosa no es así. Toca pagar -eso no falta para los sufridos integrantes de las clases medias que creo ya firmemente que tal es su verdadero y fundamental término relacional- pero, sin embargo, no se consigue con ello el descanso ni que dejen de atiborrarnos con tanta verborrea. Porque de verdad, el suplicio de tener que escuchar lo que para unos significa la crisis, lo que para otros no significa; cuando cree el último ignaro que aparece en la caja tonta adornado de políticos oropeles que acabará. Ver estoicamente las jetas de circunstancias anunciándonos preocupación como aportación, la única, de los dirigentes mudos, salvo para mandar, que eso sí, mandan mucho. Todo eso parece que los sufridos integrantes de lo que se conoce como el respetable, tenemos que aportar gratuitamente.
Y se puede contar y no acabar acerca del mucho aburrimiento que nos imponen, si no nos da un ataque de risa, cada vez que oímos a un traductor o explicador de la clase política de sin ilustración, o de los paneles de informadores pretenciosos, informándonos de lo que vamos a perder, o de lo que ya hemos dejado en el camino. Y mientras se soporta estoicamente la monserga, que eso es lo que son esos discursos vacíos ignorantes y cabreantes, pues hay que poner cara de complicidad y clamar para ser solidario con la desgracia del día, que ese repertorio es ya una especie de concurso. Para no dormir.
Y uno piensa, me pagan menos, pago más en los impuestos directos e indirectos, recibo menos, la solidaridad es algo que me es ajeno como sujeto pasivo, escucho pacientemente, he perdido ahorros, me han birlado parte de ellos en el banco malo, regular, o pintoresco, que tienen como clave de coincidencia que sus desbarajustes la costeemos los de siempre. Vale todo eso, pero entiendan mi queja. Bueno tener que pagar, pero hombre, la monserga que se la den a otro. Y la caridad que nos la dejen hacer a nosotros. Ya que somos los paganos.

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