Opinió

Tiempo de grillos

 Este es el tiempo para el bullicio en las grilleras que pululan por doquier. Ocurre como en cualquier establo, cuando en el pesebre hay bebida y comida en abundancia para todo el ganado entonces la cosa está pacifica, pero cuando se acaba el pienso la hierba y la alfalfa que les mantenía contentos y felices, entonces la cosa cambia y comienzan los jaleos. Justo lo que está aconteciendo en los grandes partidos que, ante los adversos resultados de las últimas elecciones y viendo muchos de sus miembros cómo les quitan el sillón, entonces aquello se convierte en una jaula de grillos, peleando unos contra otros y echándole las culpas de las desgracias al compañero porque a nadie le gusta cargar con el muerto de una mala gestión que condujo a pésimos resultados. A grandes rasgos, y por mucho que se disfrace la situación, es el momento en el que nadie quiere cargar con el mochuelo. Normalmente las tempestades acontecen tras temporales de viento. Sin duda habrá influido la crisis en el desmadre actual, pero también lo es que estamos en el fin de una época que clama a gritos por un nuevo sistema, un nuevo orden social, porque el actual está muy visto, caduco, enfermo y deteriorado. Es decir, en la agonía. Son necesarias nuevas ideas, sistemas y renovadas soluciones después de haber dilapidado alegremente las pasadas. Han sido las elecciones europeas una lección para los partidos grandes. Pero muy mal harían la pléyade de partidos minoritarios que aparecen en la escena política si creyesen que esos votos que les han dado el salto a la fama son totalmente suyos. Antes bien, creo yo, son los votos del desencanto, la crispación y el castigo contra los de siempre. Y esto debieran entenderlo. Y en esa línea están o deben estar los grandes perdedores. Lo decía Cañete: “Tenemos que ver qué ha pasado y poner orden en casa, pero no hacer una revolución”. Justo poner a los grillos en su lugar. Porque como dijo Carlos Jiménez Villarejo, diputado de ‘Podemos’ y exfiscal anticorrupción: “Debe acabarse con los políticos que están en el cargo desde 1979. La corrupción ha invadido la vida pública española de forma alarmante”. Aquí está el problema del bullicio que arman ahora los susodichos grillos. Y Felipe González, preguntado, fue claro: “La revolución bolivariana está de moda y las elecciones demuestran el descontento de la gente con las políticas que se han aplicado en la crisis. El resultado de los comicios es muy grave. Sería una catástrofe que prendieran alternativas bolivarianas influidas por algunas utopías regresivas; sería una catástrofe sin paliativos para España y Europa”. Está visto que todos estamos de acuerdo en las causas, pero pese a ello sigue habiendo muchos grillos que se empecinan en seguir en la misma. Posiblemente habría que recordarles lo que es un grillo: un insecto con alrededor de 900 especies, alimento para reptiles y anfibios por su fácil captura y abundancia. Es de la familia de los saltamontes, preparado para el salto y correr rápido. La entrada a su madriguera la mantienen limpia y la utilizan para zona de canto, y así atraer a las hembras (sólo los machos cantan). Las hembras son capaces de captar este sonido gracias a que, como la mayoría de los ortópteros, poseen órganos timpánicos. Si observásemos todos con atención lo que es y el comportamiento de este insecto, a lo mejor hasta veíamos la solución a muchos problemas, y esos votos que en estas elecciones justamente han ido a otras formaciones debieran hacer recapacitar. El pueblo anhela un cambio radical, se palpa y lo está solicitando de la única manera posible, que fue votando cualquier cosa menos lo de siempre. El caso es zafarse de lo presente, que ha llevado a un alto desprestigio de la clase política e incluso del mismo sistema. Las raíces del 15-M son más sólidas de lo que pueda parecer.

“Estamos en el fin de una época que clama a por un nuevo sistema, un nuevo orden social, porque el actual está caduco, enfermo y deteriorado”

Comentaris
To Top