Con toda la prudencia con la que debe ser tratado lo efímero de la política, los resultados del 20D indican que Podemos y las diversas confluencias que al respecto se ha conformado en distintos territorios ha sido la fuerza vencedora. En Catalunya el binomio En Comú-Podem ha capitalizado la voluntad de cambio de amplios sectores ciudadanos y el modelo de confluencia orienta el camino para proyectos de organizaciones político-sociales trasversales, superadoras de las viejas formas de los partidos, sean o no mayoritarios, que si jugaron su papel en la historia, hoy por hoy la tendencia a su arrinconamiento parece imparable.
En Sabadell, a pesar de condiciones desfavorables dado que parte de la dirección de Podemos, en contra de la decisión de la asamblea ciudadana, optó por integrarse en la lista de Unitat pel Canvi lo que acarreó su expulsión en primera instancia (a la espera de resolverse en segunda) y el cese fulminante de sus cargos internos acordado por la Dirección Política de Catalunya que, para evitar un vacío de poder, constituyó una Comisión de Transición hasta las elecciones del nuevo Consejo Ciudadano Municipal. El apoyo ciudadano recibido por la confluencia “En Comú-Podem” ha sido acaparador: los más de 32.000 de ciudadanos/as que han dado su voto y confianza dan fe de ello y muestra el potencial de Podemos cuando no existe trampa ni cartón, ni confusionismo.
Ha sido un acierto superar el modelo de coalición de “Catalunya Sí Que Es Pot” que fracasó estrepitosamente, entre otras razones, porque no fue una confluencia sino una coalición con reparto de sillas; por la bisoñez negociadora de Podemos frente a partidos con mucho más bagaje y por las injerencias directas/indirectas de partidos que vieron en Podemos, no un instrumentos de empoderamiento ciudadano sino un salvavidas al que aferrarse para evitar sortear su futuro incierto. Afortunadamente, en Barcelona en Comú-Podem, han sido otros sujetos quienes han asumido un mayor protagonismo, dotando de esperanzas al proceso con las nuevas formas de entender y hacer política. Y otros han sido los resultados, como resulta evidente.
En Catalunya además, existe la CUP, con un modelo organizativo en la línea de la nueva política (participativo-democrático-asambleario) que ha ido construyendo a lo largo del tiempo desde los municipios respecto a los que nos unen cosas y del que tenemos que aprender, al igual que de otros modelos de nuestra comarca como las Candidatures Alternatives del Vallés (CAV), teniendo en cuenta que Podemos hace poco más de un año que vio la luz y que debe recoger de las prácticas positivas para seguir avanzando en la unidad popular imprescindible si queremos cambiar las cosas.
Como decía Ada Colau, el cambio ha comenzado, pero debemos entender que se trata de un proceso que más pronto que tarde dará sus frutos. Se abre un futuro de cambio del tablero y Podemos Sabadell trabajará conjuntamente con quienes estén en esa dirección a nivel de ciudad, de Catalunya y del Estado. Sobre la mesa están el blindaje de los temas sociales (sanidad, enseñanza, desahucios, pensiones,….), luchar contra la oligarquía financiera sea catalana o española, sus desmanes y sus recetas neoliberales de recortes sociales y privatización de lo público, acabar con la corrupción, las puertas giratorias, por una verdadera división de poderes, el empoderamiento del pueblo, el reconocimiento de la plurinacionalidad de España y llevar a cabo un referéndum democrático y vinculante en Catalunya y lo que es tan evidente como imprescindible es que “contigo, Podemos
“El cambio ha comenzado, pero debemos entender que se trata de un proceso que más pronto que tarde dará sus frutos”
