Opinió

El amianto mata

Decía el sociólogo alemán Ulrich Beck que nos hemos instalado en la sociedad del riesgo para referirse al cambio de paradigma que trajo bajo el brazo la sociedad posindustrial, donde los riesgos económicos, políticos, sociales, ambientales, etc., escapan de los controles institucionales y por supuesto de la soberanía popular. Es lo que tiene el desarrollismo sin fin cuya lógica conduce a un camino de difícil retorno donde todo se filtra por el beneficio económico.
Los efectos de la sociedad del riesgo son múltiples y entre ellos, en nuestra comarca, tenemos el amianto (uralita), un material cancerígeno para producir fibrocemento sobre el que existe un enorme desconocimiento, debido a una falta de información, auspiciada por las grandes empresas que han dominado el tráfico y la explotación de este mineral, con la impagable colaboración de médicos, técnicos (con honrosas excepciones), legislación y administración.
Una industria que para fuentes sindicales, ha supuesto la mayor tragedia laboral del siglo XX sin nos atenemos al número de muertes, enfermedades, sufrimientos, etc. Según la OMS existen 125 millones de personas expuestas y que anualmente se estiman en 107.000 muertes por cáncer de pulmón relacionados con ese veneno (las fibras que desprende el mineral se incrustan en los pulmones y provocan graves dolencias respiratorias y cáncer de pleura y pulmón); la UE vaticina que hasta el 2030 se producirán medio millón de muertes de cáncer por la exposición al amianto. En nuestra comarca, donde estuvo ubicada Uralita, la población de la que se conocen datos (Cerdanyola), ostenta el macabro récord de ser el municipio de España con mayor prevalencia de cáncer de pleura, ¡cada semana! se detecta un enfermo por amianto. En el resto de municipios no se saben/no contestan.
Algunos datos:
a) el amianto como material cancerígeno se conoce desde 1977, pero en Cerdanyola cesó de fabricar placas de amianto-cemento en marzo del 1997;
b) la latencia de la enfermedad es de 20-40 años (desde su incubación hasta que se detecta).
c) poco importa que se trabaje con amianto porque existe en los tejados de uralita en las casas, en depósitos, canalizaciones, recubrimientos, edificios públicos, etc.
El problema es que el amianto es incorruptible, pero el cemento, que es lo que lo compacta, se va descomponiendo por las inclemencias del tiempo (lluvia, sol, viento, etc.), generando la dispersión de fibras que respiramos.
Con semejante escenario, es inconcebible que los poderes públicos que tienen la obligación de “organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de prestaciones y servicios necesarios” no estén a la altura de las circunstancias (ahora la Generalitat plantea actuar protocolos para eliminarlo de las escuelas públicas. Bien, pero insuficiente a todas luces).
Desde el movimiento vecinal de la comarca, instamos a los ayuntamientos a que no escatimen esfuerzos para paliar las graves consecuencias evitables: impulsando campañas informativas sobre el peligro al que estamos expuestos, facilitando la retirada del mismo a los particulares; que se elaboren censos de edificaciones y equipamientos públicos y privados, de canalizaciones de recubrimientos, etc., que contengan el producto cancerígeno y urge que desde el ámbito sociosanitario de la comarca y responsables directos de salud, (siguiendo el ejemplo de CAP Fontetes de Cerdanyola) investiguen, sin prejuicios ni presiones y con recursos suficientes, los casos de mesotelioma que se producen en las distintas poblaciones, estableciendo un órgano ad-hoc entre administración y entidades vecinales y ciudadanas, para marcar líneas de investigación, recogida de datos y establecimiento de los protocolos necesarios, su implementación y la evaluación periódica de resultado. La salud de una comarca infectada por la sinrazón del sistema, merece todos los esfuerzos disponibles.
“ La UE vaticina que hasta el 2030 se producirán medio millón de muertes de cáncer por la exposición al amianto”

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