Volta

Publicat el 24 de març de 2011 a les 19:04
Actualitzat el 08 de juny de 2018 a les 10:29
La Volta Ciclista a Catalunya alcanza su centenario, ya que la primera se celebró en 1911 con poco más de 30 corredores, con monturas pesadas para recorrer caminos de barro y polvo. Es la tercera carrera del mundo en cuanto a solera, tan sólo superada por el Tour de Francia (1903) y el Giro de Italia (1909). Así que el aval de la historia permite considerarla  patrimonio del ciclismo mundial. El ciclismo pasa por un momento sumamente delicado, en buena parte debido a los excesos de algunos corredores que han recurrido a sustancias prohibidas para hacer frente a esfuerzos descomunales que exigen algo más que la ayuda de complejos vitamínicos. El recurso a la farmacopea y la superación de  los límites autorizados con excesiva frecuencia ha situado bajo sospecha al deporte del pedal. Casi al mismo ritmo que el prestigio del ciclismo se ha ido cuarteando, ha ido disminuyendo el fervor popular por un deporte que gozó de un gran predicamento. La bicicleta era familiar para casi todos. Medio siglo atrás los deportes más populares probablemente eran el boxeo y el ciclismo. Las demostraciones de fuerza, agonía y sacrificio más allá de lo razonable ya no cotizan como antaño. Sabadell tiene una gran relación afectiva con la Volta, competición que en alguna ocasión salió de nuestra ciudad, y muchos ciclistas locales escribieron páginas brillantes en alguna ronda. Basta con recordar a los hermanos Sant, el malogrado Pere y Albert, que fue el segundo de la general, a Miguel Pacheco que ganó en una contrarreloj a Anquetil, a Chacón, Escolá, Martos, Esparza, Coll. Gigantes de anteayer, cuando el ciclismo tenía una épica que hoy ha perdido.