Prohibido fumar en el estadio Creu Alta

Publicat el 09 de desembre de 2016 a les 17:48
Actualitzat el 08 de juny de 2018 a les 10:20
El domingo me sorprendió (27/11/2016) nada más llegar a mi localidad en el Campo de la Creu Alta, una prohibición que, desde mi punto de vista y con la ley en la mano, y mientras no se demuestre lo contrario, está fuera de lugar. Un simple rótulo en todas las puertas de acceso a los graderíos, nos comunicaba la prohibición de fumar en todo el recinto a partir del día primero del mes de enero. Sin especificar qué normativa o ley amparaba dicha medida, ni de quién partía tal vetación. Se me dijo que era el Ayuntamiento por ser el propietario de la instalación. No es que esté en contra de las medidas antitabaco. Soy el primero en respetar los espacios y lugares donde el sentido común prevalece, aún pudiéndolo hacer, en terrazas y sitios permitidos. El campo es un espacio abierto y, por lo tanto, la ley 42/2010 de 30 de diciembre por la que modifica la ley 28/2005 (B.O.E. A-2010-20138 del 31 de diciembre), lo permite. El redactado dice expresamente lo siguiente: Recintos al aire libre: “Se puede fumar en áreas sin techo y toldo. A groso modo, se puede decir que está permitido fumar en la calle, lo que incluye la cola de un cine o la de un museo”. “Estadios de Fútbol y plazas de toros: “en estos recintos también está permitido fumar, puesto que se considera que son lugares al aire libre y cumplen con los requisitos de no tener techo ni toldo”. Mi localidad, como el ochenta por ciento de la Creu Alta, está al aire libre. Ni bajo toldo ni bajo techo, ni cerrada por los costados. Otra cosa es la tribuna, que podríamos entrar en matizaciones. El Centre d’Espots Sabadell, desgraciadamente, de lo que no puede presumir es de tener una masa social superabundante, más bien todo lo contrario. Para que ahora a los pocos socios y simpatizantes que acudimos al Estadio, se nos discrimine: fumadores Sí, fumadores No. Máxime, en la situación económica en la que se encuentra el club en que cualquier ingreso vía entrada es bien recibido. El domingo pude oír voces contradictorias a la medida y les garantizo que nada elogiosas por parte del colectivo de fumadores. En el campo no estamos como piojo entre costura. Metáfora que es aplicable a la poca asistencia de público a los partidos. Hay espacio suficiente para que, el molestado o el fumador, se desplace tres o cuatro asientos más allá. Qué digo, y ¡treinta! ¡Señores, no nos quieran comparar con otros clubs. Ni en número de socios, ni en restricciones. En fin, si hay que cumplir con la normativa, no me quedará más remedio que cumplirla. Pero quiero manifestar a través de esta carta mi desacuerdo con la medida, que no tiene nada que ver, con mi respeto a la ley antitabaco. Me parece a mí que en un espacio a cielo abierto y con una asistencia muchas veces testimonial, se podría ser un poco más permisible.