Uno de los últimos estudios sobre la distribución de la riqueza se refiere a la riqueza personal de los municipios. El trabajo se refiere a los municipios mayores de 5.000 habitantes sometidos al régimen fiscal común, lo que significa excluir a los vascos y los navarros. La base del análisis de la riqueza se centra en las rentas de trabajo declaradas en el IRPF, lo que muy probablemente distorsiona la realidad del mundo opulento, el que precisamente disfruta de mayores percepciones en el capítulo de ingresos financieros.
Aparece Matadepera como el municipio más rico del país, al menos en términos estadístico-fiscales. Con unos ingresos medios del trabajo de cerca de 60.000 euros, dato que contrasta con los de Barcelona y Madrid, que prácticamente se sitúan en la mitad de nuestros vecinos. En el extremo inferior está un municipio de Granada, Montefrío, que apenas supera los 9.300 euros por persona y año.
Los municipios más ricos son Madrid y parte de su cinturón, y el modelo se repite en Barcelona. Los municipios pobres se concentran en Canarias y Andalucía. Y lo más llamativo es que la desigualdad es superior en los municipios con mayor renta.
Los datos del estudio son sólo una parte de la geografía de la riqueza. Pero no si se añadieran más variables, riqueza financiera y empresarial, por ejemplo, la realidad se confirmaría y agrandaría la brecha entre las dos Españas.Las cifras indican que unos aportan mucho y otros no tienen capacidad para casi nada. Esa es la base de la redistribución y el requilibrio entre territorios, la solidaridad, un debate siempre abierto.
